La web especializada en automociónAutoBild.es se ha hecho eco del curioso caso deJosé Ángel, más conocido como 'El Chufi', que vive en un pueblo de Toledo que han preferido no identificar. Y es que lo de este joven debe ser un caso único en España: ha comprando desde los 14 años decenas y decenas de coches de la misma marca y modelo. Incluso, ha adquirido tres o cuatro la misma semana. Por algo se ha convertido en'El Rey de los Seat Málaga'.
José Ángel ha dedicado buena parte de su vida a comprar, vender y reparar unSeat Málaga detrás de otro, un modelo que la marca española puso a la venta en 1984 y que ha marcado a este toledano desde que sus padres se hicieron con uno de ellos en 1989 adquiriéndolo en un concesionario de Madrid. "Recuerdo ese Málaga como el primer coche de los viajes, cuando a aprendí a conducir yo, con 9 años", cuenta 'El Chufi' aAutoBild.es.
Desde que era un niño, a los 14 años, empezó a comprar unidades del modelo, en el momento en el que más bajo estaba de cotización. "Yo les iba arreglando todo lo que tuvieran de motor y tenía un amigo que me los pintaba, por lo que todos los Málaga que tengo en la nave están impolutos", asegura.
Ahora tiene casi 80 de ellos en su poder, junto a 35 carrocerías y recambios de todo tipo, desde salpicaderos, hasta asientos, pasando por todo tipo de piezas para la carrocería, motores completos... Para él mismo, para sus coches, para vender de todo por ahí "y para poder montar otros cien Málaga, por lo menos", comenta orgulloso a AutoBild.es.
Sin embargo, a José Ángel no le ciega la obsesión y pese a que a él le encantan, reconoce que el Seat Málaga "tampoco es un coche bonito" y que tiene la dirección "bastante dura", aunque él ya le ha puesto a alguno de ellos dirección asistida. Eso sí, recuerda que es "un coche amplio y confortable" y que, pese a ser viejo, "te puedes hacer un viaje a 100-110 km/h adonde quieras".
José Ángel además, tiene un Seat Málaga para cada ocasión: uno con un motor de 240 CV, otros versión ambulancia, pick up, un proyecto de taxi y hasta un coche fúnebre con dos ataúdes reales -uno de ellos hecho nevera-, con una calavera como pomo en la palanca de cambios y que lleva causando sensación en las últimas fiestas de Halloween.