Nacieron en el mismo año de 1951. Carolyn Marks Blackwood en Alaska e Isabel Muñoz en Barcelona. Las dos encontraron en la fotografía el medio para mejor expresar sus inquietudes, miedos y deseos. La obra de ambas artistas discurre hoy sobre una preocupación común: la salud del planeta. Las fotografías de Blackwood recorren minuto a minuto, estación tras estación, el devenir de los fenómenos naturales sobre un entorno que es su estudio particular o campo de experimentación: los bosques y las aguas del río Hudson a su paso por Upstate New York. Las videocreaciones y fotografías de Isabel Muñoz se sumergen en la profundidad de océanos y mares, procurando que el espectador detenga sus ojos en lo que ella considera ya el quinto elemento del Todo: el plástico, y su corrupta acción en el medio marino.
Las dos fotógrafas coinciden hoy, además, en las salas de exposiciones temporales, en Cuenca y Toledo, de la Colección Roberto Polo (CORPO). "Es nuestro homenaje a la Tierra en el Día Internacional de los Museos, que este año 2021 lleva por lema 'El futuro de los museos: recuperar y reimaginar'", aseguran desde la organización.
El agua como elemento estético y también, escenario de la emergencia climática que coloca al artista frente a abismos existenciales. “¿Hacia dónde vamos en un mundo invadido por el plástico?”, se pregunta Muñoz en su obra. “El mundo todavía es bello, es el ser humano con sus acciones lo que destruye esta riqueza", responde Blackwood. De dónde y a dónde, así titula Isabel Muñoz las videocreaciones que pueden verse en las salas 1 y 5 de CORPO/Toledo. Reflexionan sobre la creación del mundo desde una perspectiva actual, a través de los movimientos bajo el agua de los bailarines de Butoh, danza creada en Japón por un círculo de artistas que en la segunda posguerra mundial quiso romper la espiral de dolor infligida por las bombas atómicas y la humillación de su milenario y sacro imperio. Bailarines, actores, artistas plásticos y escénicos se desnudaron, se cubrieron de ceniza y salieron a las calles para bailar, hacer performances y amarse sin tener en cuenta el género. Fascinada por la cultura japonesa desde la infancia, 25 años ha tardado Isabel Muñoz en acceder a la obra de estos artistas de Butoh, una manifestación visual que a la postre se convirtió en un movimiento intelectual y sociopolítico, una filosofía de vida.
En The Story Series, Carolyn M. Blackwood reúne 48 fotografías de gran formato que operan a modo de fotogramas de otras tantas películas de suspense. Su guion aún no ha sido escrito: corresponde al espectador imaginar su propia historia, valiéndose de la leyenda que titula cada una de las escenas. Es un proyecto de la Colección Roberto Polo. Centro de Arte Moderno y Contemporáneo de Castilla-La Mancha (CORPO) que se expone en la Casa Zavala de Cuenca.
Las fotografías de la serie (2013-2017) surgen de entre los bosques de Hudson Valley, Upstate New York, el lugar donde la artista vive, su cámara oscura y su “paraíso”. Carolyn Marks Blackwood, nacida en el extremo entorno de Alaska, muy pronto se trasladó con su familia a vivir a Nueva York, donde creció y se formó como artista urbana (graduada en Arte por la Rutgers University de Nueva Jersey). Inició su carrera artística en la poesía y la canción de autor para llegar a la fotografía después de una dilatada y premiada carrera en el cine, como guionista y productora al frente de Magnolia Mae Films (un Oscar y nueve nominaciones). En 1999 se muda con su actual pareja a la ribera del Hudson, donde dice que el paisaje ha cambiado su vida.