Antes de alcanzar la fama, Georgina Rodríguez, que ya es algo más que "la novia de Ronando", trabajó hace diez en un hotel de Graus (Huesca) propiedad de la familia del hostelero toledano Fernando Lleida (El Cigarral de las Mercedes).
Este hecho no podía pasar desapercibido en la serie documental "Soy Georgina", en la que se disecciona el día a día de la protagonista y se hace un recorrido por algunos de los momentos más importantes de su vida.
“Soy Georgina Rodríguez, tengo 27 años y hace cinco años mi vida cambió”. Con estas palabras y la imagen de Georgina recostada en un yate empieza Soy Georgina, la serie documental sobre la vida de la novia de Cristiano Ronaldo. Y desde ese momento es imposible ya apartar la vista. Es hipnótico. Fascinantemente superficial, ha escrito en El Español sobre la serie.
Georgina estuvo en Graus (Huesca) para grabar parte del documental sobre su vida que ha producido Netflix.
Su primera parada en la localidad oscense fue en el Hotel Lleida donde trabajó hace 10 años. Allí, tal como muestran las imágenes, fue recibida cariñosamente por la dueña del establecimiento, Consuelo Arcas, madre del hostelero Fernando Lleida, propietario, junto a su mujer, Jayne Gunderson, del Cigarral de las Mercedes de Toledo.
El encuentro entre Georgina y Consuelo fue muy emotivo y en el documental queda constancia del cariño y el respeto que exite entre ambas, fruto de aquellos años en los que compartieron vida laboral. La modelo habla con mucho afecto del año que trabajó en este hotel aragonés y ha querido que así se refleje en el documental del que es protagonista absoluta.