El reconocido diseñador Alejandro de Miguel, que viste a celebridades como la Reina Doña Sofía, Anne Igartiburu, Ainhoa Arteta, Carmen Lomana, Ana Obregón, Macarena Gómez, Edurne, Pastora Soler o Cayetana Guillén Cuervo, entre otras muchas, se ha convertido en un referente nacional de la moda femenina de ceremonia y fiesta gracias a su firme apuesta por la producción local.
Nacido en Miguel Esteban, una pequeña localidad manchega de la provincia Toledo, ha logrado construir una marca basada en la confección artesanal, el compromiso con su comunidad y el respeto por la sostenibilidad. "Para mí, la confección en España no es negociable. Es un valor que define mi marca y asegura la calidad que ofrezco a mis clientes", ha afirmado el diseñador, quien mantiene íntegra la fabricación de sus colecciones en su taller artesanal ubicado en el pueblo que le vio crecer.
En un sector dominado por la moda rápida y la externalización de procesos, Alejandro de Miguel ha decidido nadar a contracorriente. Todas sus prendas son elaboradas por un equipo de costureras que combinan técnicas tradicionales con un diseño contemporáneo, logrando piezas únicas y de alta calidad. "Nuestro equipo cuida cada detalle. La artesanía y el saber hacer de años de oficio son nuestra seña de identidad", ha explicado.
Impacto local
La actividad de su taller, además, genera un impacto económico directo en Miguel Esteban, desde la creación de empleo local hasta el apoyo a proveedores nacionales de tejidos y materiales. "Apostar por la producción en España también significa apostar por nuestras comunidades, por mantener vivos los oficios y por fortalecer nuestra economía", ha destacado.
La sostenibilidad es otro de los valores esenciales de la firma. Alejandro de Miguel ha subrayado que confeccionar en España permite reducir la huella de carbono asociada al transporte y a procesos industriales masificados. Además, utiliza materiales de calidad que garantizan la durabilidad de sus prendas, una filosofía que contrasta con el consumo efímero promovido por la moda rápida.
"Los clientes valoran la autenticidad y el orgullo de vestir un producto hecho en España. Es algo que va más allá de la moda; es un sentimiento", ha añadido el diseñador.