Tuvo su primera crisis en 1996, cuando "ya había ambulancias que te ataban", y desde entonces ha ingresado en hospitales psiquiátricos hasta en 15 ocasiones. Y en todos ellos le han tratado "como a un animal". Es la historia de Rafael Carvajal, un poeta, performer y activista "loco" -así se define- que se subirá al escenario de Matadero Lab Toledo el próximo viernes para contar su historia en primera persona.
Carvajal es uno de los protagonistas de la obra 'Contención mecánica', un espectáculo que denuncia la violencia psiquiátrica y que llega a la capital castellano-manchega tras haber ganado el Premio a Mejor Espectáculo en la XVIª Edición del Certamen de Nuevos Investigadores Teatrales (CENIT) en Sevilla y después de haber pasado por el 41º Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid, el Festival MeetYou de Valladolid o L’altre Festival de Barcelona.
La obra, dirigida por Zaida Alonso, entremezcla aspectos performativos y testimoniales y pretende servir de altavoz para denunciar la situación que sufren los pacientes de las unidades de Psiquiatría. Personas que "permanecen atadas con correas en cintura, muñecas y tobillos durante horas, o incluso días, dependiendo de la decisión del personal sanitario".
Sufría delirios
Rafael Carvajal, que actualmente tiene 60 años, ingresó por primera vez en un psiquiátrico a los 32 a causa de sus continuos "delirios". "Pensaba constantemente que era otra gente y un día me llegué a creer que era San Francisco de Asís. Escuché unas campanas y creí que era un mensaje para mí. Me quité la ropa y entré desnudo a la misa con mi perro", cuenta el poeta, consumidor de drogas durante varios años.
Esa fue la primera vez que le ataron, pero él no era consciente de lo que estaba sucediendo. "Pensaba que me habían hecho un juicio sumarísimo y me estaban aplicando la inyección letal. Cuando desperté, estaba en la cama de un hospital", recuerda Carvajal, que fue diagnosticado de bipolaridad tipo 1, trastorno episódico del humor y narcisismo. Pero su "tortura" solo acababa de comenzar.
"Estuve atado a una cama tres días"
Hasta el año 2015, ha estado ingresado en unidades de Psiquiatría hasta en 15 ocasiones. En todas ellas entre 9 y 17 días. Y siempre le han practicado la contención mecánica. "Una vez me tuvieron atado con correas durante tres días. Solo me soltaban los brazos para comer, y lo más vergonzoso es que me pusieron un pañal. Me cagaba y meaba encima. He estado en la cárcel, en un centro de desintoxicación y en un psiquiátrico. Y, de los tres, lo peor es el psiquiátrico. De lejos", señala.
A pesar de que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró la contención mecánica una tortura en 2013 y en países como Reino Unido o Suecia está vetada desde hace más de una década, su uso sigue siendo habitual en España.
"Nadie me ha hablado bien de su paso por el psiquiátrico. La gente que ha pasado por él espera no volver nunca más en la vida. En la cárcel, si te llevas bien con los presos no pasa nada, pero en el psiquiátrico la dignidad es cero", añade.
Según cuenta el actor, cada vez que ha estado en un estado de "conciencia alterada" le han atado, "ya fuese en la ambulancia, en Urgencias o en el ala de Psiquiatría", a pesar de no haber sido nunca violento ni haberse hecho daño a sí mismo.
Ingresó por última vez en 2015
De hecho, recuerda que la última vez que ingresó, en 2015, acudió al hospital por voluntad propia y le ataron nada más llegar. "Estaba en el barrio de Lavapiés con unos amigos. Me dijeron que me veían mal y fui andando a mi hospital de referencia. Quería hablar con un psiquiatra para que me diera su opinión, pero me ataron a una cama. Desde entonces no he vuelto. Nunca más me atrevería a pedirles ayuda si la ayuda consiste en eso", dice.
Aquella fue la última vez que Carvajal entró al ala de Psiquiatría de un hospital. "Sigo medicado, pero ahora hago meditación, ejercicio y voy a grupos de apoyo mutuo", cuenta el poeta, que, además de participar en la obra 'Contención mecánica', trabaja en la estación de Atocha.
"Tengo dinero para pagar mi alquiler, mi comida y para vivir dignamente, y cuanto más tranquilo estoy económica y socialmente, menos problemas y delirios tengo. Desde que soy capaz de llegar a fin de mes holgadamente no he tenido ninguna experiencia fuera de lo normal", señala.
"No quiero que me curen, sino que me hagan un hueco"
Repleta de violencia y sometimiento por la fuerza y con correas en camas de hospital, su experiencia la vuelca ahora como actor en la obra 'Contención mecánica', que parte del caso de Andreas Fernández González, "fallecida en la unidad psiquiátrica del Hospital Central de Asturias en 2017 después de permanecer 75 horas atada a una cama", indica la compañía Teatro de los Invisibles.
Esta obra pretende configurar un espacio de reflexión y debate "en el que preguntarnos por qué se dan este tipo de violencias en las plantas de Psiquiatría de nuestro país y cuál es la relación que como sociedad tenemos con la locura".
"Yo, personalmente, no quiero que me curen. No tengo diabetes, no tengo cáncer, estoy loco y voy a vivir con ello hasta que me muera. Yo no quiero dejar de estar loco, pero sí necesito que la sociedad me haga un hueco", concluye Carvajal.