Dani Fernández se hizo famoso con la banda Auryn, pero desde que comenzó su carrera en solitario en 2018 no ha dejado de crecer y ya se ha consolidado como uno de los artistas más queridos de nuestro país. Su nuevo álbum, 'La Juría', se ha colado en el número uno de los más vendidos y el cantante consiguió agotar dos Wizink Center incluso antes de publicarlo.
Sin embargo, a pesar de que sus seguidores suben como la espuma y su fama no deja de crecer, el artista se ha mantenido siempre con los pies en la tierra. Natural, sencillo, transparente y fiel a sus raíces manchegas y a su pueblo, donde se forjó su pasión por la música.
El cantante nació en Alcázar de San Juan (Ciudad Real). De familia de ferroviarios, hijo de Marci y Mª Carmen, creció en el barrio de Goya, fue al Colegio Santa Clara y al Instituto Juan Bosco. Y la primera vez que actuó en público fue en el escenario de un karaoke.
En 2021, cuando fue pregonero de las Fiestas, aseguró que "Alcázar es mi casa, donde siempre quiero volver". "Aquí están mi familia y mis amigos, que me siguen recordando mis raíces y que soy alcazareño. Soy quien soy gracias a mi pueblo", señaló.
Qué ver en Alcázar de San Juan
Alcázar de San Juan, con más de 30.000 habitantes, está ubicado a una hora en coche de Ciudad Real y a dos horas de Madrid.
Este municipio rivaliza con Alcalá de Henares por ser el lugar de nacimiento del célebre autor del Quijote desde que en 1748 fue encontrada en la iglesia de Santa María la Mayor la partida de bautismo de Miguel de Cervantes Saavedra, lo que hace que la ciudad esté impregnada de la presencia cervantina.
La visita a Alcázar de San Juan está llena de lugares de interés turístico y patrimonial, como las calles del casco antiguo que llevan hasta la Plaza de Santa María, presidida por una estatua de Miguel de Cervantes, donde se encuentra la citada iglesia de Santa María la Mayor. Se conservan también viejas construcciones y casonas de piedra rosada, como la Posada de Santo Domingo o el Palacio del Gran Prior, construido entre 1235 y 1237.
Otras iglesias de renombre que se pueden visitar son la iglesia de San Francisco, la iglesia de Santa Quiteria y la iglesia de la Santísima Trinidad, una de las primeras de estilo Rococó de la provincia. Por último, otro importante edificio reciclado actualmente en establecimiento hostelero es el Convento de Santa Clara, declarado Monumento Histórico-artístico de interés provincial en el año 1982.
Además, en el cerro de san Antón, que es un extraordinario mirador para divisar la llanura manchega, sobresalen cuatro molinos de viento, de los cuales se pueden visitar dos: uno contiene el Centro de Interpretación del Paisaje Manchego y en otro se puede ver maquinaria del siglo XVI utilizada para realizar moliendas.
Dónde comer y dormir
Alcázar de San Juan destaca también por su exquisita gastronomía, que está formada por los platos tradicionales manchegos: las gachas, los duelos y quebrantos, la caldereta de cordero, las migas y el pisto manchego. Y tiene un postre muy típico: la célebre y conocida bizcochá, que se elabora con tortas de Alcázar y leche.
Algunos de los mejores restaurantes de la localidad son La Rabiosa, el Asador Javi, La Bexamel, Nuevos Horizontes o La Casa del Preso. Además, el municipio destaca por su vino, por lo que es recomendable visitar alguna de sus bodegas.
Por último, los que quiera pasar la noche aquí pueden hacerlo en el Hotel Intelier Airén, en el Hotel Hidalgo Quijada, en el Hotel Insula Barataria o en el Hotel Château Viñasoro.