Digital Castilla

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Corazón HAN VISITADO LA REGIÓN

La talaverana más internacional contagia su amor por Castilla-La Mancha a su hija

2 julio, 2017 09:24

Como recuerda ABC, cuando todavía era una perfecta desconocida para el público, y no pasaba de ser la hija quinceañera del productor Bruce Paltrow y la actriz Blythe DannerGwyneth Paltrow (Los Ángeles, 1972) disfrutó de uno de los mejores años de su vida en Talavera de la Reina, en el seno de un programa de intercambio con la familia Lázaro Ruiz. En la Ciudad de la Cerámica, la intérprete galardonada con un Oscar y un Globo de Oro por «Shakespeare enamorado» aprendió un español, que, a día de hoy, habla de manera impecable. Casi 30 años después de aquella experiencia, la joven Apple Martin Paltrow (13 años) sigue los pasos que han marcado la vida de su madre.

No es extraño que Paltrow quiera que su hija viva la misma experiencia. En el seno de los Lázaro Ruiz aprendió a «comprender mejor el mundo», según palabras de la propia actriz, y estrechó unos lazos permanentes con España. Cada vez que se lo permite su trabajo, se escapa unos días para visitar a la que considera su «segunda familia» y a los amigos que hizo en su adolescencia. Así, el pasado mes de marzo aprovechó que el rodaje del último anuncio de la firma de joyería Tous -de la que es imagen desde 2016- era en Barcelona para darles una sorpresa.

No dudó en ir de cañas con su segunda madre, Julia, en la casa de tapas y platos de mercado Cal Pep, muy próximo a la zona portuaria de la Ciudad Condal, o en pasar el último día de su viaje en compañía de su hermano de adopción, el abogado Jesús Lázaro Ruiz, quien solo tiene palabras de halago para ella. «Fue algo inolvidable», dice en una conversación telefónica con ABC sobre el tiempo que convivió con Paltrow.

La intérprete abandonó el pasado 13 de junio Nueva York para poner rumbo a Europa -en compañía de su hijo Moses-, concretamente a la Riviera francesa: Villafranche-Sur-Mer, Saint Tropez y Cannes. Tras esta «ruta de desconexión», aterrizó en la capital española la pasada semana para desplazarse a Castilla-La Mancha, donde estuvo visitando a su familia de adopción y el municipio que fue su casa durante un año.

Más tarde, en Conil de la Frontera hizo otra parada. Después de recoger a su hija Apple, ya algo más ducha con el idioma, viajó a Sevilla, donde se alojó un par de días en el hotel de cinco estrellas Alfonso XIII. La noche del 23 de junio, varios comensales del restaurante Ispal vieron a la actriz y empresaria -ataviada con un vestido negro de palabra de honor y sin apenas maquillaje- degustando una corvina en salsa de cabrillas y los vinos de la Sierra del Norte, las especialidades de la casa. Le gustó tanto que incluso posó con el equipo del grupo hostelero y estampó su rúbrica en el libro de visitas, tradición que aprendió en España.

 

Ese cariño que Gwyneth siente por nuestro país es recíproco. En el año 2003, el Ayuntamiento de Talavera de la Reina la nombró hija adoptiva, haciéndole entrega del bastón de mando y la insignia de oro de Toledo, por su defensa «vehemente» de la ciudad en un acto muy emotivo para la actriz, que tuvo lugar en el Teatro Palenque.