La reciente boda secreta de Carlos Falcó (80) y Esther Doña (39), que se celebró en los espectaculares jardines del Palacio El Rincón, situado en el municipio de Aldea del Fresno (Comunidad de Madrid) y de la que informa esta semana la revista Hola y nos hacíamos eco en este diario, tuvo lugar en la más estricta intimidad y solo acudieron cinco personas: los novios; los testigos -su abogado, Enrique y su mujer, Margarita- y el alcalde del municipio que ejerció como oficiante, Guillermo Celeiro. 

Una ceremonia muy íntima en la que no estuvieron presentes los cinco hijos que tiene el marqués de Griñón: Manolo, Xandra (fruto de su matrimonio con Jeannine Girod), la mediática Tamara (de su unión con Isabel Preysler), y Aldara y Duarte (los hijos que tuvo con Fátima de la Cierva). Los contrayentes no habían comunicado a nadie sus planes con anterioridad y solo lo hicieron a los más cercanos después de la ceremonia. 

Pues bien, ha sido Tamara Falcó la que se ha pronunciado públicamente sobre el paso tan importante que ha dado su padre en su vida personal como recoge la misma revista. La joven ha manifestado sentirse conforme con esta nueva etapa que emprende su padre y ha declarado que lo que quiere es que sea feliz. De la que ya es la flamante esposa de su padre, la hija de Isabel Preysler reconoció en mayo de 2017, cuando se supo que Carlos y Esther Doña se habían hecho pareja de hecho, que se llevaba muy bien con ella: "me manda mensajes", afirmó Tamara en aquella ocasión y afirmó que "lo que conozco de ella, muy bien" y añadió que es una persona que "ha captado muy bien a mi padre”. 

La pareja está disfrutando de su luna de miel en África, después de haber hecho una parada en el Puerto de Santa María (Cádiz) donde acudieron al conocido restaurante Aponiente de Ángel León. Está previsto que a la vuelta, en septiembre, celebren una gran fiesta con todos sus familiares y amigos.