Cuatro de sus cincos hijos plantan al noble toledano en su fiesta postboda
Lo cuenta Vanitatis: La invitación a la gran fiesta postboda de Esther Doña y Carlos Falcó en la finca El Rincón, celebrada este viernes, citaba a los invitados a las siete y media de la tarde. A partir de esa hora, se han abierto las verjas del recinto custodiado por personal de seguridad y listado en mano en la localidad de Aldea del Fresno. Los amigos del marqués y de Esther han recorrido un camino entre viñedos que son el orgullo del aristócrata. Al final del trayecto de apenas dos kilómetros, aparece la imponente fachada iluminada de este palacio del siglo XIX propiedad de Griñón y convertido hace años en coto de caza.
Los familiares directos de Esther no han hecho el paseíllo entre viñedos porque se instalaron en el palacio por la mañana y almorzaron con la hija y hermana. Esther tampoco tiene que perder tiempo con el reportaje gráfico que todas las novias se hacen mientras se visten porque este ya se hizo la semana pasada.
Este posado forma parte del reportaje al que se suman invitados famosos como Mar Flores, Mónica Martín Luque, Marina Castaño, Carmen Martínez-Bordiú, Alejandra Silva (quizá Richard Gere) y por supuesto el padre Ángel, que dará su bendición. A Esther le hubiera gustado casarse por la iglesia. No fue posible, ya que a Griñón el Tribunal de la Rota le anuló un matrimonio para casarse religiosamente con Fátima de la Cierva. También desfiló entre las viñas el duque de Alba. Carlos Fitz-James Stuart es primo de Griñón y mantienen desde siempre una buenísima relación.
Los que han preferido no acudir a esta postboda de su padre son varios de los hijos que tuvo con sus anteriores mujeres. Como ya adelantó Vanitatis, los cinco se enteraron varios días después y esa decisión de no comunicar la noticia antes de que sucediera no les sentó nada bien. Sandra y Manolo Falcó Girod, que han elegido una vida discreta alejada de los focos mediáticos, buscaron su excusa. Los dos se encuentran oficialmente fuera de España por motivos de trabajo. Uno en Londres y Sandra, en Estados Unidos. Tamara, la más comunicativa y visible de la saga familiar, tampoco se ha desplazado al Rincón, como confirmaba ella misma a Vanitatis. “Al final no voy”, decía.
Como no le gusta mentir, no se ha buscado ninguna excusa: “No voy y ya está”. Tamara se lleva muy bien con su padre pero la manera de montar la boda secreta no le gustado. Aldara, la pequeña de la casa, hija de Fátima de la Cierva, tampoco estará presente. En este caso motivos “académicos”.
El único que “cenará, bailará y cantará” sera Duarte, el pequeño de la saga, que vive con el matrimonio en la finca El Rincón.