El pasado político en el PP que una concursante de Telecinco quiere ocultar

Casi todo el plantel de 'Gran Hermano Dúo' cuenta con un pasado en Telecinco, incluida Raquel Lozano, el personaje que la cadena ha rescatado para enfrentarse a Ylenia, Sofía y Fede Rebecchi. Es natural de Moraleja (Cáceres), tiene 32 años y saltó a la fama gracias a su participación en GH 16. En aquella edición fue la gran agitadora cuando fue repescada por el público y comenzó una relación con Suso Álvarez, el mismo que rechazó a la ganadora Sofía Suescun después de tantos tiras y afloja.

Su papel de "la otra" la convirtió en mala de la película y ha pasado una larga temporada apartada de la televisión. Según ella, desde que terminó el programa se ha dedicado a completar sus estudios y pasar tiempo con su familia. 

Raquel es fisioterapeuta especializada en fisioterapia deportiva, un título con el que ejerció durante una larga temporada, aunque desde hace tres años se dedica al mundo de la publicidad. Sin embargo, antes de GH Lozano quiso desarrollar otra de sus vocaciones: la política.

Raquel formó parte del Partido Popular de su localidad natal y entró en la lista electoral del entonces alcalde y candidato Pedro Caselles para los comicios de mayo de 2015 en Extremadura. Su sueño se truncó y el PSOE ocupa desde entonces el ayuntamiento de Moraleja, pero por si acaso, Raquel ya tenía otra opción bajo la manga y pasó el casting de Gran Hermano 16.

En septiembre de ese mismo año entró en la casa de Guadalix. De su vida anterior al reality  no queda ni rastro en las redes sociales, ya que prefirió desvincularse del mundo de la política local y hacer carrera en televisión, aunque algunos todavía recuerdan aquella etapa de Raquel y la utilizan en su contra. 
 
 
Ya en su momento generó polémica en su edición cuando habló con Suso sobre un posible ganador. "De los que estamos aquí, sinceramente, os veo ganadores a Aritz y a ti. "Pero, ¿tú qué crees? ¿Que (la audiencia) le daría el premio a un chino o a un chico de Ripollet?", dijo durante una conversación. Su ideología política sumada a su afición por los toros y el comentario "desafortunado", le valieron un buen número de críticas entre algunos espectadores que la acusaron de "racista".