Ha sido Vanitatis quien ha dado la voz de alarma. Muchos lo habrán visto en Facebook: un anuncio en el que sale Sergi Arola y se asegura que ganó 2,5 millones de euros con una inversión de 200 euros en criptomoneda. “Es falso, es una estafa, en mentira”, dice el cocinero catalán, que llegó a tener 14 restaurantes que tuvo que cerrar y ahora trabaja para un hotel en Sintra y hace de asesor en pequeños proyectos gastronómicos. "Esta ruina en la que se vio inmerso ha servido a la empresa de bitcoins para usar su imagen. Y él lucha para pararlo", asegura el citado medio.

“Hablé con mi abogado y me dijo que no tenía nada que hacer”, dice Arola a Vanitatis. “Llamé a la Policía y me dijeron que no se podía hacer nada. Son empresas instaladas en países con una legislación muy laxa en cuestiones de Internet y nadie las penaliza”. El chef ha visto cómo su imagen es utilizada para vender un producto que es además un estafa. “Me sorprende que la gente sea tan cándida de creerse que si inviertes 200 euros ganas dos millones, me sorprende y me da miedo”, añade.

Arola asegura que recibe unos 100 mensajes al día de usuarios de Facebook que le preguntan por esa inversión. “Es despreciable y carroñero -dice-, porque además se aprovechan de una desgracia. Lo que me ha pasado a mí le ha pasado a cientos de familias de este país”. También se ha puesto en contacto con Facebook para que no se publique más esa información, pero es muy complejo controlar algo así, admite.

Lo que sí tiene claro es que si alguien en España publica que se ha enriquecido con esa inversión, le demandará, avisa, “por difamación y por atentar contra mi imagen y mi integridad moral”.

Arola se separaba de su esposa y madre de sus dos hijos, Sara Fort, en 2016. Inmediatamente después, cerraba las puertas de su restaurante, que ya se había visto envuelto en problemas cuando Hacienda lo precintó en 2013 debido a una deuda de 148.000 euros con la Agencia Tributaria y 160.000 con la Seguridad Social. Al parecer, esa deuda ha ido creciendo progresivamente hasta el punto de ser inasumible para el cocinero. “Ojalá fuera verdad lo de los 2,5 millones de euros, pero es mentira, una estafa gigantesca”, concluye con pesar.