Más de medio centenar de personas, entre ellos muchos jóvenes, han despedido el año dándose un baño en las gélidas aguas del río Bullaque a su paso por la localidad ciudadrealeña de El Robledo. A pesar de que el Ayuntamiento había cancelado la celebración del Día del Río 2021 ante el aumento de los contagios motivado por la variante del coronavirus ómicron, algunos vecinos de El Robledo han decidido darse un chapuzón en este río que atraviesa el Parque Nacional de Cabañeros para reivindicar su conservación.
De esta forma, han explicado algunos de los bañistas a Efe, "hemos querido mantener la tradición de bañarnos el día de San Silvestre, como lo venimos haciendo desde el año 1995, para pedir a las administraciones y en especial a la Confederación Hidrográfica del Guadiana que debe velar por mantener el caudal ecológico del río Bullaque".
Han señalado que, a pesar de que se habían suspendido los actos festivos para evitar grandes aglomeraciones de gente ante la situación sanitaria, han decidido finalmente bañarse porque podían hacerlo manteniendo las distancias de seguridad.
Tradición desde 1995
Los vecinos de los municipios del Valle del Bullaque vienen bañándose desde 1995 en este río, cuando lo hicieron por primera vez para celebrar que el cauce del Bullaque, que había quedado seco tras la importante sequía de los años 90, volvía a llevar agua.
El baño en el río Bullaque el día de San Silvestre se ha convertido desde entonces en un evento festivo que un año más ha querido mantener su carácter reivindicativo al exigir a las distintas administraciones públicas que apuesten por la conservación y protección como espacio natural.
El río Bullaque, considerado Lugar de Interés Comunitario e incluido en la Red Natura 2000 y en la Red de Áreas Protegidas de Castilla-La Mancha, y que forma parte también el Parque Nacional de Cabañeros, es una de las principales señas de identidad de los vecinos de esta comarca que ancestralmente han estado ligados a su cauce.
Fiesta popular
El baño en el río se ha convertido también en estas dos décadas en una gran fiesta popular que reúne a numerosos curiosos que acuden a ver cómo los más atrevidos remojan sus cuerpos en sus gélidas aguas.
La falta de agua y las limitaciones que ya impuso la pandemia el año pasado impidió también a estas personas bañarse y juntarse, lo que les llevó a protagonizar entonces un baño virtual que recogieron a través de las redes sociales.
Este año, a pesar de la pandemia, los vecinos han decidido bañarse, y al baño no ha faltado algunos de las personas que llevan haciéndolo desde el año 1995, como es el caso de Benito Garrido, quien fuera alcalde de El Robledo, y Martina Alonso, que a sus 77 años lo ha vuelto a hacer acompañada de alguno de sus nietos.