A lo largo de 23 kilómetros del Tajo a su paso por Toledo se han identificado 90 problemas en el río, entre ellos 26 vertidos -más de uno por kilómetro-, de los cuales solamente 10 están autorizados por la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), y que incluso han creado una "isla de vertidos" en un punto del cauce.
El investigador de la Cátedra del Tajo UCLM-Soliss Raúl Urquiaga ha presentado en rueda de prensa los resultados y conclusiones del proyecto de ciencia ciudadana InvesTajo que ha recogido las incidencias negativas de los 36 ríos de la cuenca del Tajo, en el que han participado 45 personas, en su gran mayoría miembros de colectivos medioambientales.
A través de este proyecto, que cuenta con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología del Ministerio de Ciencia e Innovación, la ciudadanía ha recogido a través de dispositivos móviles los impactos que sufren los ríos de la cuenca del Tajo, que se han volcado en un visor web de la Cátedra del Tajo que se puede consultar.
Uno de los aspectos que se recogen son datos del río a su paso por la ciudad de Toledo -desde la depuradora de Santa María de Benquerencia hasta la depuradora de Estiviel-, donde se han inventariado 90 presiones -problemas- de las cuales las más llamativas son 26 vertidos al cauce, de los que solamente diez están autorizados por la CHT.
Esto supone "más de un vertido por kilómetro", ha señalado el investigador, quien ha apuntado que "lo más preocupante" es que muchos no están censados por la Confederación con lo que están fuera de la legalidad.
Vertidos en Toledo
Uno de los vertidos no inventariado está en el barrio de Santa María de Benquerencia, tiene grandes dimensiones, está construido en hormigón e incluso parece un desagüe, pero discurre con un líquido oscuro y olor desagradable de forma permanente, tanto si llueve como si no. Sus sedimentos han creado una isla de vertidos en el cauce que hace veinte años no existía.
También hay un vertido, de olor desagradable, en la zona de los cigarrales; en la senda ecológica, o debajo del Puente de San Martín, a cuyo alrededor proliferan toallitas y residuos de higiene. Tampoco está dentro de los vertidos autorizados.
Ocupación del DPH
Además de los vertidos, en los 23 kilómetros del Tajo a su paso por Toledo hay 18 problemas de ocupación del Dominio Público Hidráulico (DPH), entre ellos el Hospital Nacional de Parapléjicos que en su momento se proyectó junto al cauce y que, de hecho, está en una zona inundable.
"Desde la Cátedra no decimos que haya que trasladarlo, pero es un elemento que está ahí y que indica cómo se hizo la ordenación territorial en el pasado", ha señalado Urquiaga, quien ha apuntado que otra alteración del DPH, que son cien metros a cada lado del cauce, es la ubicación del Cigarral del Ángel Custodio.
Barreras y actividades de alto impacto
Asimismo, hay una "altísima fragmentación" del Tajo en Toledo, que en apenas 13 kilómetros se enfrenta a 11 barreras trasversales que impiden la continuidad del río (o de los peces) y solo 2 de ellas tienen uso.
También hay 13 actividades en la zona de policía: la de más "impacto" es la Peraleda, un espacio que se ha alterado y hormigonado y recoge actividades de alto impacto de ruido (fiestas).
A preguntas de los periodistas sobre si la Peraleda es el lugar adecuado para construir viviendas o el proyectado cuartel de la Guardia Civil, Urquiaga ha señalado que en las zonas consideradas inundables no se puede edificar pero en el resto "supongo que si es urbanizable no hay problema".
En el caso de los vertidos, el investigador ha destacado que algunos colectivos tienen denuncias tramitadas, de las cuales la Cátedra no tiene más información, y sobre si piensa que hay más impunidad en los delitos medioambientales ha contestado que no, aunque es cierto que faltan recursos en la CHT, el Seprona o las guarderías forestales "y esto favorece la impunidad de quien quiere degradar el territorio", ha apuntado.
3.421 problemas inventariados
En la Comunidad de Madrid ya existía un visor similar de colectivos ecologistas, encuadrados en la plataforma Jarama Vino, que recogía los problemas de los ríos madrileños, a partir del cual surgió el visor web de la Cátedra UCLM-Soliss.
Por este motivo, el mayor número de participantes ha sido de Madrid.
En total hay 3.421 presiones inventariadas -gracias a la participación de 45 personas de varios colectivos ciudadanos y ambientalistas- en los 36 ríos de la toda la cuenca del Tajo, de las cuales el 82 % son en Madrid y un 14 % en Toledo. Los problemas más abundantes son:
- Actividades en la zona de policía -espacio fluvial de 100 metros a cada una de las dos orillas-, como graveras, explotaciones agrícolas, construcciones, áreas recreativas o cerramientos, que suma 955 impactos (el 30 %).
- Presiones sobre las calidad de las aguas, el caso de los vertidos líquidos y los residuos sólidos que van originando vertederos incontrolados: son 814 (25,6 %).
- Alteraciones morfológicas, como presas o azudes, de los cuales muchos de ellos no están inventariados por la Confederación. Hay 426 (13,4 %).
Como conclusión a este proyecto, Urquiaga ha destacado que los cursos medios y bajos de los principales ríos analizados sufren un importante proceso de degradación tanto en la calidad del agua como en las condiciones de su espacio fluvial.
El InvesTajo no ha finalizado y un objetivo de la Cátedra es avanzar en el conocimiento de los ríos de la cuenca en otras provincias.