Las agresiones y amenazas a los profesionales de ámbito sanitario se han visto incrementadas desde el inicio de la pandemia de coronavirus, alerta la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF). Para ello, a fin de prevenir dichas situaciones de violencia, solicitan la presencia de al menos un vigilante de seguridad en cada centro de salud de Castilla-La Mancha y no solamente en los más conflictivos, como ocurre en la actualidad.
Victoria Gutiérrez, responsable de Prevención de Riesgos Laborales de CSIF en el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), define la problemática como "de primer orden" e insta a "actuar con contundencia y de manera urgente". "Nuestros gestores y políticos no pueden mirar hacia otro lado. No es una medida descabellada. Estamos hablando de la seguridad de nuestros trabajadores y debemos cuidar a los que nos cuidan", añade.
Respecto al incremento de episodios violentos contra los sanitarios, Gutiérrez explica que "la tensión social provocada por el coronavirus y la falta de medios y recursos humanos en la atención sanitaria está provocando un aumento de las agresiones".
Más allá de los episodios violentos que se dan a conocer en los medios de comunicación, como el sufrido recientemente por una médica y una enfermera en Menasalbas (Toledo), CSIF alerta de que "se producen frecuentes agresiones contra el personal que trabaja en los centros sanitarios y, por su cotidianidad o por la poca creencia de que su denuncia vaya a influir en la solución, no se ponen en conocimiento". "Los trabajadores han llegado a asumir con normalidad insultos, coacciones y amenazas que sufren en su puesto de trabajo", finaliza.