Tras una intensa lucha, Javier Berrio, de 56 años y natural de Mocejón (Toledo), ha conseguido que el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) autorice un costoso tratamiento para tratar la leucemia que sufre -leucemia mieloide con crisis blástica- y que le detectaron en 2016.
El movimiento social que iniciaron su familia y amigos a través de redes sociales y por el que se interesaron distintos medios de comunicación como EL ESPAÑOL - EL DIGITAL DE CLM ha servido para que este martes, a primera hora de la mañana, haya recibido dicha autorización y que este mismo viernes 30 de junio, "más de un mes depués de haber hecho la solitud", comience el tratamiento.
"Esto ha sido gracias al poder de las redes y a los medios de comunicación", ha agradecido el paciente durante una conversación telefónica con este periódico que hoy se siente un poco más "tranquilo" sabiendo que le acaban de dar "la oportunidad de seguir luchando, cosa que me estaban negando durante estos días al no recibir respuesta".
En conversación con este diario en la mañana de este lunes, Berrio aseguró que el gran problema que había con este tratamiento, que solo se administra por “petición expresa” del médico, es su alto coste. De hecho, según el paciente, el Ministerio de Sanidad, al que también se le solicitó, no lo ha autorizó porque este tipo de terapia “solo se aprueba en niños”.
El tratamiento, un tipo de inmunoterapia llamada blinatumomab, fue prescrito por un equipo médico de la sanidad pública castellano-manchega como alternativa a otros medicamentos que ha venido recibiendo en los últimos años y que no terminan de hacer el efecto deseado.
El medicamento solitado
Según el asesor médico Dr. Enric Carreras, de la Fundación Josep Carreras contra la Leucemia, estos fármacos "los deben adquirir centros hospitalarios a través de medicación exterior y los rpecios son acuerdos entre fabriente y centro hospitalario". No obstante, "el teórico precio de al píblico en Europa es de 5169 euros por vial, siendo variables el número de viales a administrar en función del peso del paciente y del esquema de administración empleado", ha indicado a este periódico.
En este sentido, más concreto fue Pablo Menéndez, investigador del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, que en declaraciones a El País aseguró que su precio ronda los 100.000 euros por paciente. De hecho, el medio digital estadounidense de noticias financieras y empresariales Business Insider publicó en 2022 una lista de once de los medicamentos más caros del mundo donde aparece Blincyto, la marca comercial del fármaco cuyo compuesto es el Blinatumomab.
Un camino complicado
A Berrio le detectaron leucemia a finales de 2016. Las primeras noticias fueron positivas: se trataba de una enfermedad crónica “que iba a quedar en nada” y que “con una pastilla no tendría ningún problema”. Sin embargo, a los dos o tres meses ese tratamiento empezó a no funcionar y tuvieron que aplicarle otro. Con este se mantuvo los siguientes dos años.
Fue en 2018 cuando llegaron las peores noticias. Tras una revisión en la que todo parecía que iba bien, el médico le llamó por teléfono para que se volviera a personar en la consulta. Allí le informaron de que la enfermedad que en un primer momento anunciaron como “más o menos curable” había “mutado en una leucemia muy grave”. Esto provocó que durante aquel año estuviera entrando y saliendo del hospital, ingresando cada poco tiempo y recibiendo sesiones de quimioterapia. Ya en ese momento el médico llegó a plantear la conveniencia de realizarle un trasplante de médula.
No obstante, esa decisión no se tomó hasta finales de 2021, cuando, tras un empeoramiento de la enfermedad, el facultativo determinó, esta vez sí, que era necesario el trasplante. Para ello, era necesario que el paciente estuviera en las condiciones idóneas para realizarlo, por lo que se optó por iniciar un nuevo tratamiento. Sin embargo, los resultados de este no fueron los esperados.
El nuevo tratamiento le obligó a ingresar en varias ocasiones, provocándole graves problemas de hígado y, según Berrio, estuvo a punto de matarle. A la vista de estos efectos, el equipo de médico desestimó hacer ese trasplante por el momento.
“Ahora, más de un año después, el hígado lo tengo medio recuperado, pero no estoy preparado para que se me realice el trasplante y la enfermedad ha empeorado". Por tanto, más que nunca, la reciente autorización del nuevo fármaco le otorga esperanzas para seguir luchando.