Las especialistas en Endocrinología y Nutrición Cristina Lamas y Cortes Jiménez, de las Gerencias de Atención Integrada de Albacete y Hellín, respectivamente, y Diego López Picazo, una persona con diabetes natural de Hellín, han participado en el proyecto 'XperienciaKilimanjaro', una iniciativa que pretende concienciar sobre la enfermedad al tiempo que permite a los profesionales ponerse en la piel de los pacientes, intercambiando sensaciones.
Una experiencia en la que el objetivo de las 21 personas que han participado, entre especialistas en Endocrinología y Nutrición, sanitarios y cinco personas con diabetes, era alcanzar la cima del Kilimanjaro, la montaña más alta de África con 5.895 metros de altitud.
Para Lamas y Jiménez, se trata de una experiencia que les atrajo desde el primer momento que la conocieron y a la que acudieron con una gran ilusión y convicción para "predicar desde el ejemplo" y "ponernos en la piel" de nuestros pacientes.
Organizada por 'El poder del chándal' y Trainsplant, entidades que fomentan el entrenamiento como herramienta para la recuperación y mejora de la calidad de vida de enfermos crónicos, trasplantados o con alguna discapacidad, y con la colaboración de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), esta segunda edición de XperienciaKilimimanjaro tiene una cuádruple vertiente.
Por una parte, es un reto solidario con un potente componente de cooperación en el área rural de Chekereni, en Moshi, en los que 'El poder del chándal' se ha vinculado con dos proyectos locales para mejorar la calidad de vida de los habitantes de esa zona de extrema pobreza y con pocas oportunidades de acceso a la educación, salud, formación, entre otros.
Además, la expedición ha viajado a Tanzania con material deportivo y sanitario, donado por distintas entidades, empresas y particulares, para las poblaciones locales, incluido material para los porteadores que les acompañan durante toda la expedición a la cima. La segunda vertiente es la deportiva, con el ascenso a la cima del Kilimanjaro para demostrar que con diabetes también se puede llegar al techo de África.
La tercera es la que experimentan los profesionales sanitarios de la expedición al ponerse en la piel de sus pacientes, llevando también un sensor de monitorización y un glucómetro para medirse los índices de azúcar antes y después de las comidas pudiendo comprobar lo que supone tener la glucemia siempre controlada.
Finalmente, la cuarta vertiente es la investigación sobre diabetes al comparar las reacciones que experimentan las personas con diabetes y las que no durante el ascenso y descenso del Kilimanjaro.
"Experiencia completa"
A su regreso a Albacete, la doctora Cristina Lamas ha valorado la experiencia como "totalmente completa". "Ha sido una experiencia muy completa, con muchos aspectos a destacar como conocer un país africano, sus condicionantes culturales, sus costumbres y sus necesidades. Intentar escalar hasta la cima más alta del continente africano y contemplar el espectacular paisaje desde allá arriba", ha explicado.
De todo ello ha destacado, además, el trabajo en grupo y el apoyo mutuo entre los integrantes de la expedición. "Los endocrinos hemos aprendido muchísimo a partir de la convivencia tan estrecha con personas que padecen diabetes tipo 1 y el enfrentarnos juntos al desafío de mantener un buen control de la diabetes durante la realización de un reto de tal calibre, con varios días seguidos de esfuerzo continuado, con unas exigencias físicas extremas, sobre todo en relación a la altitud, uniendo la experiencia de las personas con diabetes (la práctica) con nuestros conocimientos (la teoría). Y creo que ellos han valorado la seguridad que les transmitía el llevar a varios especialistas en diabetes en el grupo", ha comentado.
"Templanza, superación y solidaridad"
Por su parte, la doctora Cortes Jiménez ha expresado que XperienciaKilimanjaro ha supuesto para ella templanza, superación y solidaridad. "Los que hemos tenido la suerte de ir a Tanzania en este viaje nos trajimos mucho más de lo que dimos. Me quedo con el agradecimiento de la gente que teniendo tan poco valoran mucho el granito de arena que les dejas, con el cariño recibido, con el esfuerzo físico y mental que conlleva el senderismo a esa altura y que te ayuda a conocerte mejor, y con la convivencia diaria con mis expedicionarios favoritos: las personas con diabetes", ha argumentado Jiménez.
Para la endocrina del Hospital de Hellín, es de valientes escalar el techo de África, pero si en la mochila llevas los autocuidados que requiere la enfermedad, entonces el mérito es doble. "De África he aprendido a tener más paciencia, pues las mejores cosas requieren su tiempo, a practicar el "pole pole" y bajar el ritmo frenético del día a día, a disfrutar aún más de las pequeñas cosas de la vida, y sobre todo a vivir mejor pues la meta es el camino", ha puntualizado.
Ambas han agradecido a la colaboración brindada en su experiencia a entidades, empresas y particulares, destacando el patrocinio de la SEEN, que "hace posible una experiencia tan interesante como formativa a nivel médico y humano", ha destacado el Gobierno regional en una nota.