En la tarde del miércoles, un interno “muy peligroso” del Centro Penitenciario de Cuenca, que se había atrincherado en su calabozo, hirió de gravedad a un jefe de Servicios de la prisión. El agresor había estado alterado durante la tarde, llegando a romper los cristales de su celda. Al relevo de funcionarios, se metió en el baño y, cuando la víctima entró para ver qué ocurría, lo atacó, cortándole el cuello con un cristal, a pocos milímetros de la yugular, en lo que fue un intento de asesinato.
Ante la gravedad de los hechos, que ocurrieron alrededor de las 21:30 horas, el funcionario fue trasladado al Hospital Recoletas de Cuenca, con una herida muy sangrante, donde fue atendido por un cirujano. Tal y como cuentan CSIF y UGT, se encuentra estable y en su domicilio.
Varios ataques
El interno ingresó, de nuevo, en prisión el pasado día 22 de octubre, acusado de un delito de agresión sexual en Tarancón, hecho cometido dos días después de salir en libertad vigilada y tras desprenderse de la pulsera telemática que le habían instalado para su control.
Al respecto, tal y como explica Nius, fue denunciado por una chica de 22 años, a la que había realizado tocamientos y había intentado meterla en un portal. El agresor fue identificado al día siguiente, caminando por la A-3, a la altura de Villarrubio. Comenzó a correr para darse a la fuga, pero los agentes lograron interceptarle. Fue cuando, durante la detención, el joven aprovechó para agredir a uno de ellos.
El preso, además, cuenta con antecedentes en cuanto a ataques en prisión. En este sentido, según afirma la periodista Cruz Morcillo, se trata de la tercera agresión en dos meses, en tres prisiones diferentes.
La más grave ocurrió el pasado 16 de agosto en Villena (Alicante), cuando tres funcionarios denunciaron una salvaje agresión a base de golpes y con la ayuda de una escoba. En el altercado, el interno los embistió, insultó y amenazó.
Asimismo, tal y como afirma Morcillo, la subdirectora de seguridad de Villena denunció que, siendo la responsable de entregar las grabaciones del incidente a los inspectores, recibió mensajes amenazantes, le robaron el móvil y la rodearon entre cinco y seis encapuchados en el portal de su casa. Sobre lo ocurrido, tras mes y medio, la investigación no ha avanzado.
En esta prisión, el agresor sufrió una reducción de condena por el supuesto exceso de fuerza aplicado por parte de los funcionarios del centro.
Falta de medios
Desde CSIF y UGT denuncian que, tras su ingreso, se advirtió a la dirección del centro de la peligrosidad del recluso y, sin embargo, no se tomaron medidas adiciones. Por eso, fueron los jefes de Servicio quienes intervinieron, siempre de dos en dos.
En este sentido, también, recalcan los problemas de personal del centro de Cuenca, así como la “escasez de funcionarios en el servicio diario”. Además, recriminan que, en el momento de los hechos, no había médico en el centro, lo que supone mayor riesgo por la imposibilidad de atención médica de urgencia.
“Los trabajadores penitenciarios estamos hartos de la dejadez de la administración para solucionar el grave problema que se acumula en las prisiones españolas”, manifiestan en nota de prensa.
De estas quejas, también, se ha hecho eco, en Twitter, el subinspector de Policía Nacional, y portavoz de Alternativa Sindical de Policía, Alfredo Perdiguero, que ha compartido algunas imágenes del estado de la celda tras el incidente. Sobre ello, pregunta cómo se reduce “a una bestia así” y con qué medios, “si no los tienen”.
Tras la agresión, y para protestar por la falta de seguridad en las cárceles, los sindicatos ACAIP-UGTE y CSIF han convocado una concentración a las puertas de los centros penitenciarios, este viernes, de 11:30 a 12:00 horas. En ella, además, mostrarán su “repulsa por la brutal agresión del compañero”.