Cae en Toledo un despiadado cazador que utilizaba el método de la guillotina
El SEPRONA de la Guardia Civil le sorprendió en una finca de La Puebla de Montalbán con cajas-trampa y el cuerpo de un meloncillo, una especie que no se puede cazar.
4 febrero, 2022 10:23Un despiadado cazador de 66 años de edad ha sido descubierto e identificado por el Servicio de Protección a la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil con varias cajas-trampa de tipo guillotina en una finca de La Puebla de Montalbán, en la provincia de Toledo. Los agentes, además, encontraron en el vehículo de la persona investigada el cadáver de un meloncillo, una especie no cinegética cuya caza no está permitida.
Todo comenzó cuando los guardias civiles observaron una de las cajas-trampa debajo de una encina, dispuesta para su uso puesto que tenía las puertas abiertas y una paloma viva como cebo en su interior, un medio expresamente prohibido en la actual normativa de caza de Castilla-La Mancha al ser un arte no selectivo. Tras recorrer el coto, los agentes llegaron a encontrar otras dos similares a la primera y también listas para ser utilizadas.
La Guardia Civil pudo localizar al presunto autor de los hechos cuando dio el alto a un vehículo que circulaba por la finca sin matrícula delantera, además de carecer del seguro obligatorio y tener la ITV cadudada. El conductor, arrendatario y gestor cinegético del coto de caza, resultó ser el propietario de las cajas-trampa y, de hecho, acompañó a los agentes del SEPRONA hasta una cuarta guillotina donde había capturado el meloncillo y en la que todavía había restos de sangre del animal fallecido, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado en el interior del coche.
Además, el cazador llevaba municionado un rifle del calibre 22 y de tipo carabina, considerado un medio prohibido con carácter general en Castilla-La Mancha.
Por todos estos hechos, la Guardia Civil ha investigado al hombre de 66 años de edad y de nacionalidad española como presunto autor de un delito relativo a la protección de la flora y la fauna.
El cuerpo del meloncillo fue entregado al Centro de Estudios de Rapaces Ibéricas (CERI) de Sevilleja de la Jara para realizar la necropsia y confirmar las causas exactas de su muerte.