La Policía Nacional ha liberado a siete víctimas de explotación sexual en Toledo, Madrid y Alicante de una red criminal que las obligaba a ejercer la prostitución en habitaciones de viviendas. Además de ser encerradas durante horas, eran amenazadas con palizas si se mostraban reticentes a mantener relaciones sexuales con los clientes.
La operación se ha saldado con la detención de dos personas en Alicante y una en Toledo, por los delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, relativos a la prostitución, pertenencia a grupo criminal, delito contra la salud pública y favorecimiento de la inmigración ilegal. Se ha decretado el ingreso en prisión para dos de los detenidos.
En los registros de las viviendas, la Policía ha intervenido un vehículo, siete teléfonos móviles, un ordenador portátil, tres cámaras de videovigilancia, unos 3.000 euros en efectivo, más de dos gramos de marihuana y una balanza de precisión para droga.
Entramado criminal
Según EFE, la Policía Nacional ha informado que la red criminal captaba a sus víctimas, principalmente colombianas, aprovechando la situación de necesidad y engañándolas con ofertas de trabajo en las que les prometían ganar 1.500 euros a la semana con personas de nivel adquisitivo alto. El entramado estaba asentado en el municipio murciano de San Pedro del Pinatar, pero tenía ramificaciones en Alicante y Toledo, y obligaba a sus víctimas a ejercer la prostitución para saldar la deuda contraída por el viaje, imponiéndoles condiciones abusivas.
Las mujeres eran sustituidas cada pocos meses y ejercían la prostitución bajo multas y cobros por otros conceptos, además del pago del 50 por ciento de lo que se obtenía por los servicios sexuales. También debían encargarse de los gastos de manutención e incluso, en ocasiones, los involucrados no les daban ni la mitad de lo obtenido. Asimismo, las mujeres debían ofrecer a los clientes la posibilidad de adquirir sustancias estupefacientes, principalmente cocaína.