La Audiencia Provincial de Cuenca ha condenado a diez años de prisión al interno que en octubre de 2021 agredió de gravedad a un jefe de servicios de la cárcel de Cuenca, al que apuñaló en el cuello con dos cristales tras esconderse en el baño de su celda. Además, tendrá que indemnizar al funcionario con 23.312 euros como responsabilidad civil.
La sentencia, consultada por Europa Press, condena al interno de nacionalidad marroquí por los delitos de intento de homicidio y de atentado, así como por un delito leve de daños, aplicándole una atenuante de enfermedad mental por "el llamado defecto esquizofrénico". ACAIP-UGT, que ejerció la acusación particular, destaca que queda acreditada la "insuficiencia de material antidisturbios" y que no se tomaron medidas de seguridad adecuadas.
Los jueces, no obstante, consideran que su comportamiento no puede atribuirse a un brote psicótico porque cuando ocurrieron los hechos "no tenía anuladas sus facultades volitivas e intelectivas".
En sus antecedentes constan presuntos delitos por agresión sexual, quebrantamiento de condena y atentado, destacando los magistrados que fue clasificado en el primer grado -el más restrictivo-- "debido a su conflictividad y agresividad".
También consta que se le aplicaron en once ocasiones limitaciones en el régimen de vida por peligrosidad y en seis ocasiones medidas de aislamiento, con cinco incidentes con funcionarios de prisiones, dos de ellos provocando lesiones. Uno de estos incidentes ocurrió en la cárcel de Villena (Alicante), lo que derivó en la apertura de un expediente por una reducción con posible exceso de fuerza y en una investigación por amenazas que luego resultaron ser simuladas.
Sentencia del 17 de enero
La sentencia de 17 de enero señala, sin embargo, que "no consta" que al funcionario de Cuenca al que agredió de gravedad en el cuello "se le informara en momento alguno del historial penitenciario del acusado". Este funcionario dejó constancia por escrito de que el preso, que ingresó en una celda ordinaria, "amenazaba gravemente e insultaba a otros internos", llegando a romper material del establecimiento.
El día que se registró el incidente, seis funcionarios entraron previa autorización en su celda debido a los reiterados golpes que estaba dando el interno. Los trabajadores se repartieron el material antidisturbios existente, dos cascos. "No había escudos suficientes para los seis funcionarios", se indica en los hechos probados.
Escondido en el baño
También se refleja que una vez que entraron "la celda estaba totalmente destrozada y el acusado incluso había roto los cristales de la ventana". El interno estaba escondido en el baño y se abalanzó sobre el jefe de servicios "con ánimo de causarle la muerte", manteniendo su actitud agresiva tras herirle en el cuello.
La acusación particular ejercida por el letrado de ACAIP-UGT solicitó a su vez que se declarara a la administración como responsable civil subsidiaria "al no haber tomado las medidas de seguridad oportunas con el interno y no atender la solicitud de traslado a un centro más acorde con su perfil", según destaca este sindicato.
En un comunicado, ACAIP-UGT ha valorado como "extremadamente grave" lo ocurrido en la prisión de Cuenca el 27 de octubre de 2021, afeando el "absoluto desprecio" de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias hacia sus trabajadores por no asistir a los actos de protesta convocados cuando se conocieron los hechos o que haya quedado acreditado la "insuficiencia de material antidisturbios".