La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Albacete acogerá, durante las dos próximas semanas, el juicio contra A.G.S., el acusado de asesinar a la vendedora de cupones de la ONCE en la capital albaceteña, cuyo cadáver fue encontrado en la casa del detenido, para quien el Ministerio Fiscal pide prisión permanente revisable.
También está acusado de un delito de hurto, por el que solicitan para él un año de prisión y se pide que indemnice a los padres de la fallecida con 75.000 euros a cada uno y 20.000 euros más para cada uno de sus dos hermanos.
El juicio está programado con jurado popular, desde este próximo lunes día 5 y hasta el 17 de junio. En principio, está previsto que el acusado, en prisión provisional desde que ocurrieron los hechos, declare el martes, 6 de junio.
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En el escrito de acusación del Ministerio Fiscal, al que ha tenido acceso EFE, se detalla que el acusado mantenía una relación de amistad con la víctima desde hacía años, por lo que ella a veces le fiaba los cupones de la ONCE.
Detalla que A.G.S. debía a la víctima 50 euros, por lo que el 19 de agosto de 2021 la llamó al móvil y le dijo que pasara por su casa para abonarle lo que le adeudaba. Ella, que conocía su dirección y estaba cerca, se dirigió al domicilio, donde llegó a los pocos minutos.
El escrito señala que, una vez en la casa de A.G.S., estuvieron hablando y tomando una cerveza, abonándole los 50 euros que le debía, pero entonces él pidió a la vendedora abrir algunos de los cupones que llevaba para su venta, a lo que ella accedió.
Cuando A.G.S. había consumido una cantidad importante de cupones, por importe de más de 200 euros, la víctima le dijo que tenía que pagárselos, manifestando A.G.S. que no tenía dinero lo que dio origen a una discusión entre ambos.
En un momento dado, A.G.S. le propinó un empujón que hizo que esta, por los problemas de movilidad que padecía, cayera al suelo.
La víctima le dijo que lo iba a denunciar y el investigado, con ánimo de causarle la muerte, aprovechando que ella estaba en el suelo, sin poder levantarse y sin posibilidad alguna de defensa, se puso encima de ella a horcajadas y, mientras le sujetaba los brazos con las rodillas, la cogió por el cuello, apretándole durante varios minutos, hasta que consiguió asfixiarla causándole la muerte, siempre según el escrito de acusación.
Una vez el acusado comprobó que estaba muerta, envolvió el cadáver en unos plásticos y lo llevó a una de las habitaciones de la casa.
Intentó emparedar el cadáver
El día 20 de agosto encargó en un almacén de azulejos ladrillos, cemento y arena y, el día 23 de agosto, como necesitaba más material, llamó a un conocido, A.A.M., para que le acompañara en el coche a comprar unos sacos de cemento y de arena.
Una vez dispuso del material, A.G.S., en una habitación pequeña, situada tras un patio interior y destinada a almacenar material, procedió a construir con el material que había comparado un habitáculo de pequeñas dimensiones en el que ocultó el cadáver, cubriéndolo con ladrillos y cemento tratando de evitar fuera descubierto y que se produjeran olores que pudieran delatarlo.
A.G.S. introdujo en el mismo montículo algunos de los rascas que había consumido ese día, así como el móvil, el TPV que usaba la víctima y el chaleco de la ONCE.
El acusado, antes de esconder el cadáver, le cogió los 50 euros que él había entregado con anterioridad y el resto de dinero que la misma llevaba en efectivo, procedente de la venta de cupones y rascas que había efectuado esa mañana.
El acusado, con idéntico ánimo de lucro, se quedó también con el resto de los cupones que llevaba M.I.R.C., y que no habían sido usados, guardándolos en distintas estancias de la casa.
La víctima, muy conocida en la ciudad, tenía 44 años y vivía con sus padres y uno de sus hermanos; además, tenía otra hermana que vivía independiente del resto de la familia en otro domicilio.
La víctima tenía diagnosticada una hemiplejia derecha por parálisis cerebral mixta de etiología sufrimiento fetal y una inteligencia límite por parálisis cerebral en forma hemipléjica de etiología no filiada, patologías por las que tenía reconocida una minusvalía del 70 %.
La desaparición de la vendedora de la ONCE, María Isabel de la Rosa, causó una gran conmoción en Albacete y se organizó un dispositivo de búsqueda.
El 24 de agosto, el cadáver fue localizado por la Policía en casa del acusado.