La Guardia Civil ha descabezado una organización dedicada al tráfico de drogas en una operación que se desencadenó por la aprehensión de varias cantidades de sustancia estupefaciente en Herencia (Ciudad Real). A partir de ahí, los investigadores fueron tirando del hilo hasta desarticular este grupo que dirigía un recluso del centro penitenciario de Soto del Real. En total, han sido detenidas 15 personas y se han decomisado más de 7 kilos de cocaína, 1 de hachís, 35.000 euros en efectivo así como armas, vehículos, teléfonos móviles y útiles para la preparación de dosis.
La Comandancia de la Guardia Civil de Ciudad Real ha explicado que la operación Trimuñoz arrancó en octubre de 2022 al notar un incremento de las intervenciones de drogas en Herencia. A partir de ahí comenzó una investigación que llevó a cuatro puntos de distribución de cocaína a pequeña escala en la propia localidad que se nutrían de un distribuidor radicado en Alcázar de San Juan.
Pronto, los investigadores pudieron comprobar que este punto tenía conexiones con otro proveedor de Villarta de San Juan así como con otros de Petrer (Alicante), Vallecas (Madrid), Torrejón de Velasco (Madrid) y Alcobendas (Madrid).
Todos ellos formaban parte de una presunta organización criminal que era operada por un recluso del Centro Penitenciario de Soto del Real. Desde aquí, organizaba a personas de su confianza para mover y vender los estupefacientes.
Con toda la información recabada, el Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción de Alcázar de San Juan autorizó 19 entradas y registros simultanéos, uno de ellos en prisión. En esta operación fueron detenidos 15 personas acusadas de delitos contra la salud pública por tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal. De ellas, 10 fueron enviadas a prisión.
Igualmente, fueron intervenidos 7,7 kilos de cocaína, 1 kilo de hachís, 35.000 euros en efectivo, una prensa hidráulica y otra mecánica, un inhibidor de frecuencia, 9 vehículos 80 teléfonos móviles, 14 básculas de precisión y una contadora de billetes, así como varias armas: 2 pistolas simuladas, una táser y 2 machetes.
A la Guardia Civil le llamó especialmente la atención la gran diversificación y especialización de los componentes de la organización, así como la experiencia criminal de sus líderes, llegando a contar con un taller en el que se preparaban dobles fondos en vehículos para transportar la droga y el dinero por el territorio nacional.