Un jurado popular ha declarado culpable de delito de asesinato con alevosía y de violación al acusado de violar y matar a golpes a un amigo con el que convivía en un edificio en ruinas y abandonado a las afueras de Albacete. Por ambos delitos, tanto la Fiscalía como la acusación particular solicitan prisión permanente revisable.
Los miembros del jurado han alcanzado este jueves una posición casi unánime en todos los aspectos que se han tratado tras poco más de 24 horas de deliberación en la Audiencia Provincial de Albacete.
Finalmente, lo han considerado culpable de matar a su víctima mientras dormía dándole golpes con una piedra, de manera sorpresiva, con una intencionalidad clara y con "una brutalidad innecesaria". Además, una vez se encontraba inconsciente este, fue violado por el acusado para después seguir golpeándolo con otra piedra.
Cabe destacar que el jurado ha descartado que el acusado estuviera bajo la influencia del alcohol y las drogas y que, en caso de estarlo, no le afectó a su decisión de matarlo.
Prisión permanente revisable
Por su parte, la Fiscalía ha mantenido su petición de prisión permanente revisable para el acusado por la comisión de ambos delitos. Para la Fiscalía, se descarta que la relación fuera consentida, ya que la víctima se encontraba ya en estado de inconsciencia o muerto.
Además, en caso de que la víctima hubiera seguido viva durante unos minutos, se llevó su móvil para que no pudiera pedir auxilio, percatándose de que esta fallecería en caso de que continuase con vida.
Asimismo, el fiscal ha expresado que tuvo una intencionalidad clara de matarlo pues, según su declaración en dependencias policiales y en sede judicial, el acusado actuó de esta manera después de que la víctima tratara de agredirlo sexualmente.
Al igual que el Ministerio Fiscal, la abogada de la acusación particular solicitó la prisión permanente revisable para el acusado arguyendo los mismos argumentos que la fiscal.
Por su parte, la abogada del procesado insistió en que fue un homicidio, solicitando que se tuviera en cuenta que el acusado confesó lo que había sucedido tras su detención, colaborando con la Policía y la Justicia también tras aceptar los análisis de ADN.