La Policía Nacional ha finalizado la última fase de la denomina como operación 'Truck', con la detención en la localidad ciudadrealeña de Alcázar de San Juan de dos presuntos traficantes cuando se disponían a transportar un nuevo cargamento de droga desde Madrid capital.
Los investigadores, que seguían muy de cerca la pista de estos delincuentes tras sus operaciones previas de distribución en la provincia de Ciudad Real, los interceptaron en el momento exacto en el que llegaban a su base de operaciones en la provincia de Ciudad Real, transportando en su vehículo más de 3,5 kilogramos de cocaína, ha informado la Policía Nacional en nota de prensa.
Los agentes de la Policía Nacional, que seguían la pista de los presuntos delincuentes desde hacía meses tras sus operaciones previas de distribución en la provincia de Ciudad Real, sospecharon de uno de sus desplazamientos a Madrid, e interceptaron el vehículo a su llegada a la localidad de Alcázar de San Juan, donde presuntamente se disponían a introducir y procesar la cocaína en dosis, para posteriormente venderla directamente a los consumidores en diferentes puntos de la provincia de Ciudad Real.
Experto con antecedentes penales
El principal detenido, un experto en la distribución de estupefacientes que cuenta con antecedentes penales previos por delitos contra la salud pública, dificultó en el momento de la detención la labor policial, a sabiendas de que los estupefacientes se encontraban ocultos y a salvo en un compartimento o "caleta" del turismo, casi imposible de detectar.
Sin embargo, la experiencia de los agentes permitió localizar finalmente el mecanismo de apertura en el salpicadero, donde se localizaron un total de 3.573 gramos de cocaína y 4.315 euros en efectivo.
Durante la investigación y diferentes fases de los operativos 'Truck' contra el tráfico de estupefacientes, la Policía Nacional ha desmantelado varias ramificaciones de un entramado criminal que no se limitaba al procesamiento y distribución de importantes cantidades de cocaína, sino que también abastecía de hachís y éxtasis a otros traficantes que se encontrarían en un escalón inferior de la red de distribución de estupefacientes en diferentes puntos de la región.
Férreas medidas
La organización aplicaba férreas medidas de seguridad en sus operaciones y desplazamientos, y utilizaba vehículos con compartimentos mecánicos ocultos o "caletas", junto con una red de trasteros, para confundir y dificultar la localización de los puntos de almacenaje y corte de la droga en caso de intervención policial.
En total los agentes se han decomisado de aproximadamente 55 kilogramos de estupefacientes, incluyendo 16.3 kilogramos brutos de cocaína, 1.842 gramos de MDMA-Éxtasis (cocaína rosa o 'Tusi') y 37,905 kilogramos de hachís envasados y empaquetados para su distribución.
Además se ha desmantelado un laboratorio con toda la infraestructura para el procesamiento y distribución de la droga, 14 kilogramos de sustancias para el corte de la droga, 6 litros de precursores, 4 básculas de precisión, grandes cantidades de medicamentos, 11.115 euros en efectivo y varios vehículos "caleteados" para el transporte seguro de los estupefacientes durante sus desplazamientos.