Ya han pasado más de 24 horas del cruel asesinato de Mateo, el niño de 11 años que este domingo por la mañana fue apuñalado con ensañamiento por un desconocido cuando jugaba al fútbol junto a varios amigos de su edad en el polideportivo municipal de Mocejón, un pueblo de 5.000 habitantes situado a solo 15 kilómetros de Toledo.
Aunque el autor de los hechos permanece huido y se mantiene el secreto del sumario decretado por el Juzgado de Instrucción número 3 de Toledo, fuentes cercanas al caso han asegurado este lunes a EL ESPAÑOL - EL DIGITAL CLM que una de las hipótesis barajadas inicialmente, la del ataque yihadista perpetrado por un lobo solitario, quedó descartada prácticamente de inmediato.
Pese a ello, en las redes sociales se ha desatado una oleada de islamofobia y rumores infundados sobre la nacionalidad del asesino. Incluso se ha llegado a vincular sin prueba alguna el crimen con el hecho de que un hotel de Mocejón haya acogido desde primeros de agosto a medio centenar de senegaleses que llegaron de manera irregular a Canarias. Sin embargo, ni la Guardia Civil ni los propios vecinos del pueblo han apuntado nunca en esa dirección.
Las mismas fuentes afirman que las pesquisas avanzan positivamente y esperan que puedan concretarse en detenciones con la mayor brevedad posible. Que este lunes ya no se hayan movilizado unidades especializadas de la Guardia Civil llegadas desde Madrid -este domingo llegaron a la zona un helicóptero y un grupo subacuático- podría entenderse como un síntoma de que los investigadores tienen una pista sólida.
Tampoco se ha reclamado la colaboración de la Policía Nacional, que en las horas posteriores al crimen sí ayudó en la 'operación jaula' montada para tratar de localizar al criminal y que resultó infructuosa.
Desde el propio instituto armado y la Delegación del Gobierno de Castilla-La Mancha han puntualizado que la investigación con la que se trata de identificar y detener al asesino de Mateo está siendo llevada a cabo por la Unidad Orgánica de Policía Judicial, Laboratorio y Unidades de Investigación de Illescas y el Grupo de Información de la Comandancia de Toledo.
Todos los efectivos que forman parte del operativo trabajan "a destajo" para que se haga justicia, dijo la delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha, Milagros Tolón, durante el minuto de silencio que se llevó a cabo este domingo por la tarde a las puertas del Ayuntamiento de Mocejón. Tanto la familia de Mateo como el resto de autoridades han expresado su confianza en el trabajo que está realizando la Guardia Civil y han agradecido su implicación.
Varios agentes, algunos de ellos acompañados de perros policía, han vuelto este lunes al escenario del asesinato, el polideportivo municipal "Ángel Tardío" de Mocejón. Allí han rastreado la zona, hablado con algunos responsables de las instalaciones y se han interesado por las cámaras de seguridad que existen en las instalaciones.
También se sabe que la cámara de videovigilancia de una vivienda cercana podría haber captado el momento de la huida del presunto asesino, aunque existen dos versiones contradictorias: una de ellas apunta a que huyó a pie a través de unas eras y otra que lo hizo a bordo de un coche viejo.
Joven, blanco y rubio
En lo que coinciden todas las partes y tal y como ha podido confirmar EL ESPAÑOL, tanto testigos como investigadores, es que la persona que segó la vida a Mateo sería joven, de raza blanca, con el pelo rubio, delgado y de estatura media-baja. Se ha apuntado, de hecho, a que incluso podría ser menor de edad y tener entre 15 y 17 años. En ese caso, de haber escapado en coche, lo habría hecho pese a no tener carné de conducir o ayudado por otra persona, pero oficialmente no ha trascendido a cuántos sospechosos se busca.
Sí está confirmado que el autor material fue solo uno y posiblemente conocía la zona. Aprovechó un roto en la alambrada exterior para entrar al polideportivo de Mocejón poco antes de las 10 de la mañana de este trágico domingo, se dirigió con la cara cubierta parcialmente por un pañuelo hacia el grupo de niños que se encontraban allí jugando y, sorpresivamente, sacó un objeto punzante con la intención de agredir. Los chicos salieron corriendo despavoridos y al único que logró interceptar fue a Mateo, al que asestó 11 puñaladas, algunas de ellas en la zona del tórax.
"Le podía haber tocado a cualquiera", repiten los vecinos de la localidad toledana, que sigue conmocionada y sin encontrarle explicación a un infanticidio ejecutado con tal crueldad. Insisten en que la familia de Mateo, muy conocida y querida al regentar una panadería, no tenía problemas con nadie.
Las teorías que manejan extraoficialmente son que el asesinato podría ser obra de un enajenado o estar relacionado con algún rito iniciático para entrar a formar parte de alguna banda juvenil violenta. Por el momento son meras especulaciones. Desde la Guardia Civil, sin embargo, mantienen una discreción absoluta al respecto mientras estrechan el cerco al principal sospechoso.