Un barrendero de Mocejón podría haber encontrado el arma que Juan Pérez -alias 'El Soroso'- habría utilizado el pasado domingo para acribillar a puñaladas al niño Mateo. "El perro del Servicio Cinológico ha marcado restos biológicos humanos en el cuchillo", según han confirmado desde la Comandancia de Toledo.

El posible arma homicida ha sido hallada por un barrendero municipal en un descampado cercano a la casa de la calle Dalí en la que residía el autor confeso del crimen, el joven Juan Pérez alias 'El Soroso', junto a su padre, Fernando, conocido entre los vecinos del pueblo porque en unas elecciones municipales llegó a concurrir en la lista de Los Verdes.

El cuchillo, nada más ser recogido por los agentes, ha sido enviado al Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil en Madrid. Allí, los especilistas "harán un análisis para ver si tiene restos de ADN", tal y como explican fuentes próximas a la investigación a EL ESPAÑOL.

Los investigadores examinarán el arma blanca al milímetro para esclarecer si es la que utilizó el asesino confeso el pasado domingo, cuando irrumpió con la cara tapada por un pañuelo en el campo de fútbol del Polideportivo Municipal Ángel Tardío.

'El Soroso' también iba esgrimiendo un cuchillo, cuando corrió detrás de un grupo de niños, de 10 a 11 años, que estaban jugando una pachanga. Tal cacería humana se saldó con la vida de Mateo: el asesino apuñaló hasta en 11 ocasiones al chiquillo que corrió menos.

Reconstrucción del recorrido

Paralelamente a estas pesquisas de tipo forense y científico, a falta de determinar si el arma hallada es la del asesinato, la Policía Judicial seguirá trabajando sobre el terreno porque también ha decidido reconstruir el recorrido que realizó el infanticida confeso para ver si encuentran algún otro elemento punzante o vestigio relacionado con un caso que ha conmocionado a todo el país.

"Hoy amplían la búsqueda a todo el recorrido que pudo hacer, para hacer una última batida", según detalla la mencionada fuente próxima a la investigación a EL ESPAÑOL.

La Guardia Civil no escatima esfuerzos para entregar al Juzgado de Instrucción número 3 de Toledo un atestado los más pormenorizado posible, para que Juan 'El Soroso' no sea declarado inimputable y se enfrente a un jurado popular, para responder a las pruebas localizadas durante la investigación. De cara a lograr una condena ejemplar, la localización del arma del infanticidio resulta crucial.

Desconfían de la versión

Los investigadores recorrerán a pie, este miércoles, todo el trayecto que cubrió Juan 'El Soroso': desde que a las 9 horas salió de la casa de su padre, Fernando, en la calle de Dalí, pasando por el polideportivo municipal, hasta que llegó a la vivienda de su abuela, sobre las 10 horas, en la calle Juan XXIII, después de matar presuntamente a Mateo. Posteriormente, acudió a misa junto a su padre, lo que levanta la sospecha de que pudo hacer esto para ser visto públicamente y tener una coartada.

En la práctica, esto supone que los investigadores no se fían de la palabra del infanticida que inicialmente confesó que el arma blanca estaba en la acequia que hay a las espaldas de las instalaciones deportivas, cuyo vallado tiene un agujero por el que escapó, y que le condujo a un descampado donde se ubica ese punto de riego.

De hecho, el Instituto Armado movilizó al Grupo de Actividades Subacuáticas de Valdemoro (Madrid) para peinar palmo a palmo esa acequia. Los miembros del GEAS literalmente se llenaron de lodo y barro, de los pies a la cabeza, buscando el arma blanca, pero después de 48 horas de búsqueda incesante, se ha decidido buscar el cuchillo reconstruyendo la huida a pie de Juan. "El martes, al no encontrar nada en la acequia, ampliaron la búsqueda cerca del campo fútbol".

Segundo cuchillo

Este miércoles también ha aparecido junto a una vivienda de Mocejón un segundo cuchillo, pero en este caso de untar. Por las características de su hoja poco cortante, la Guardia Civil lo ha descartado desde un principio como el arma homicida.

La dueña de la casa ha explicado a los medios de comunicación que el cuchillo es suyo y que se lo dejó olvidado en el suelo después de utilizarlo para quitar unas hierbas. "Son cosas de pueblo, deja el cuchillo tirado en la calle", tal y como han lamentado fuentes ligadas a la investigación. "La ha liado parda".