La Guardia Civil de La Rioja ha detenido a cuatro trabajadores de una empresa de telecomunicaciones de Guadalajara acusados de seis delitos de hurto de cable de cobre que dejaron a numerosos vecinos incomunicados. En total, se les atribuye la sustracción de 7.360 metros de cable valorados en 44.624 euros.
Los cuatro detenidos en el marco de la operación 'Roncele' tienen edades comprendidas entre los 45 y 60 años, y son naturales de Bulgaria, Colombia, Perú y Rumanía. Los investigadores sostienen que aprovecharon que se encontraban en la zona instalando líneas de fibra óptica para llevar a cabo estas presuntas sustracciones en los términos municipales de Agoncillo, Albelda de Iregua, Nalda y Hormilleja.
Según informa la Guardia Civil, la operación se inició tras la presentación de seis denuncias por robos de cable de cobre de telefonía en estos municipios entre el 2 y el 24 de octubre. Estas acciones delictivas dejaron sin conexión telefónica e internet durante horas a numerosos vecinos de las zonas afectadas, lo que generó un gran perjuicio y un grave riesgo para la seguridad ciudadana.
La recopilación de información llevada a cabo por agentes del Grupo de Apoyo de la Guardia Civil en Logroño, durante las inspecciones técnico-oculares, permitió determinar que las sustracciones habían sido realizadas por trabajadores o extrabajadores de empresas dedicadas al montaje y mantenimiento de líneas aéreas de telecomunicaciones, dado que se habían utilizado herramientas específicas para cortar el cable.
Este hecho quedó constatado tras hallarse ocultos entre la maleza un total de 550 kilos de cable pelado, dispuestos en fardos para su venta. Tras un arduo trabajo de investigación y numerosas gestiones, los agentes centraron sus actuaciones en cuatro empleados de una empresa de Guadalajara que habían acudido a La Rioja para instalar fibra óptica.
Dos de los detenidos por la Guardia Civil.
Estos individuos fueron sometidos a una vigilancia discreta, pudiendo constatar cómo aprovechaban su jornada laboral para sustraer de manera coordinada y conjunta el cable de telefonía, que posteriormente vendían en un centro de reciclaje de Logroño.
Allí llegaron a entregar 1.870 kilos de cobre, recibiendo a cambio 4.891 euros. Este hecho condujo a la detención de los implicados, a la instrucción de diligencias y a su puesta a disposición judicial.