El eje de giro y la rueda catalina construidas en su integridad para el Molino Sansón Carrasco de Puerto Lápice (Ciudad Real) ya reposan en su cima, con el objetivo de comenzar a realizar demostraciones de molienda de trigo de nuevo esta primavera.
Los cerca de 2.000 kilos de peso que suman ambas piezas fueron depositados esta semana por una grúa en lo alto del molino, que se convertirá en los próximos meses en un elemento "totalmente funcional".
"Históricamente va a ser un hito porque son muy pocas las veces que se consigue hacer un molino íntegro como el que se ha hecho aquí con toda la maquinaria", ha explicado a Europa Press el maestro molinero Vicente Casero, que ha formado parte de todo el proceso constructivo que se inició hace un par de años a iniciativa del Ayuntamiento.
El Sansón Carrasco, ubicado en una zona conocida como 'La Sierrecilla' de esta localidad ciudadrealeña, es el único original de los tres que conforman el conjunto molinero -los que lo flanquean son reconstrucciones que se hicieron en los años 50 con criterios estéticos y no de uso- y fue el único que estuvo moliendo hasta los años 40, cuando se destruyó, mientras que en los años 50 se realizó una reconstrucción de sus muros.
Sin embargo, ha sido ahora cuando se ha emprendido el proyecto de reconstruir todo su interior, los forjados, escaleras y especialmente la maquinaria, según ha indicado Casero, que ha apuntado que en un mes "más o menos" concluirán las obras, que se iniciaron en abril del pasado año con la parte de obra civil y albañilería mientras en su taller se iba preparando el material.
Eje de giro
De las dos piezas colocadas ahora, el eje de giro es la que se encarga de hacer girar las aspas, de tal manera que "luego el movimiento horizontal de la fuerza de las aspas lo convierte en vertical mediante la rueda catalina, que es la pieza más emblemática de todo el molino".
La rueda catalina, por su lado, es una pieza de grandes dimensiones, de 2,5 metros de diámetro, "y lo que hace es que engrana con la linterna, que es el engranaje más pequeño que mueve las piedras y convierte la fuerza horizontal en vertical", haciendo esa transmisión de fuerza, "que es la más espectacular de lo que es un molino de viento".
Al respecto, el maestro molinero incide en que en un molino "no hay nada accesorio" y "todo cumple una función, todo es por algo", desde las escaleras de subida, a los forjados, todo el entramado hasta la rueda catalina y el eje.
"Bajo la aparente rusticidad de todo, el conjunto tiene mucha precisión", ha declarado, añadiendo que tanto en una pieza como en otra se ha buscado para la reconstrucción "el símil de lo antiguo", de tal manera que llevan "mucho herraje metálico", de forja, y gran labor de carpintería, con el uso maderas como el roble francés, pino, haya o eucalipto para el denominado palo de gobierno.
"Nadie hace un molino de viento con maquinaria como este para dejarlo parado", ha concluido Vicente Casero, que ha defendido la relevancia del mantenimiento de los molinos. "Ver un molino moliendo es un verdadero espectáculo", ha afirmado.
Como un reloj suizo
Traza2 es la empresa con la que contactó el Ayuntamiento de Puerto Lápice a finales de 2019 para encargarle la rehabilitación, según explica, por parte de la misma, el técnico José Antonio Galán, que ha indicado que su trabajo ha consistido en demoler algunas intervenciones anteriores que se habían hecho, y realizar los forjados nuevos y, lo más importante, reconstruir la totalidad de la maquinaria, en base a los estudios que tenía hechos el propio Vicente Casero.
Unas piezas "de magnitud considerable" donde el trabajo se tiene que hacer "con mucha precaución", ha reseñado. "Lejos de lo que pueda parecer, es todo una labor de artesanía, todo está hecho a mano, la electricidad simplemente se utiliza para los elementos de corte, de lijado y demás, pero todo está hecho a mano con un cartabón sobre el suelo, con un lápiz, es un trabajo artesanal completamente".
En cuanto a piezas como el eje de giro y la rueda catalina, Galán destaca que aunque muchas de ellas se pueden diseñar de forma previa, el maestro molinero debe luego adaptarlas al espacio donde van a ir colocadas, convencido de que "esta maquinaria puede ser igual de compleja que un reloj suizo", teniendo en cuenta de que el objetivo es "que el molino muela como hace cien o 200 años".
La alcaldesa de Puerto Lápice, María Jesús López Villamayor, ha destacado que la idea de dotar de maquinaria al molino Sansón Carrasco para "recuperar las tradiciones de los pueblos" viene de la anterior legislatura, aunque no fue hasta la actual cuando se contactó con el estudio de José Antonio Galán y de Ángel Ramón Tajuelo para que les presentaran el proyecto, cuyo coste asciende a 217.000 euros, de los que entre un 50 y 80 por ciento correrán a cargo de fondos europeos, y el resto lo aportará el Consistorio.
Moliendas mensuales
Una vez que el molino esté operativo, la idea es poder realizar moliendas "todos los meses" y, para ello, con ayuda del propio Vicente Casero, se formará a gente del pueblo para que pueda maniobrar con la maquinaria, y que este "sea otro de los atractivos turísticos" de la localidad, que también se plantea poner en marcha un "pequeño espacio cultural" con un pequeño teatro, en cuya fachada se colocará el anillo de pista original del antiguo molino, hallado durante los trabajos arqueológicos realizados.
Dicho esto, López Villamayor ha animado a todo el mundo a visitar este municipio, que "tiene muchísimo que ofrecer y ahora va a tener muchísimo más". De hecho, con visitantes nacionales pero también internacionales, tienen intención de ponerse en contacto con touroperadores para ofrecer visitas guiadas para conocer cómo se hace la molienda.
El propio nieto del molinero original que molía el trigo diariamente en el Sansón Carrasco sobre 1850 ha aportado datos de cómo se realizaba esa molienda. "Mandaban al burro y subía y bajaba el burro solo, con la harina ya molida, y se la llevaba a la mujer del molinero", explica a Europa Press la responsable de Cultura de Puerto Lápice, Rosa Requena, que ha manifestado que todas esas historias pasadas que han estado oyendo "embelesados" durante años, es lo que ahora quieren revivir.
"Para eso había que meterse en un proyecto costoso, laborioso, porque todo es artesanal", ha justificado, considerando que, no obstante, la reconstrucción del Sansón Carrasco "merece la pena y le va a pegar un empujón bien fuerte a Puerto Lápice".