En aquel momento era difícil prever que a Pancho Varona le esperaban casi un par de años de conciertos en formato a pequeña escala. "Lo pequeñito funcionaba muy bien en la época difícil, tiene más libertad de movimiento; lo grande es un transatlántico pesado que cuesta mucho mover, en cambio esto es una barquita de remos que es más fácil transportar de un sitio a otro: cojo mi coche, mi guitarra y me presento en Cuenca o donde sea", explica el artista, que se ha movido mucho en esta época extraña, a la espera de que Joaquín Sabina se anime a volver a la carretera.

Apenas un par de meses después de su actuación en Cuenca llegaron los días confinamiento en los que Pancho Varona desvela a Europa Press que "he compuesto poco, pero he tocado y pensado mucho", porque piensa que "no sé qué pasa, que la edad va en contra de la composición y, cuando te haces mayor, te apetece más viajar y tocar en directo".

Admite Varona que sí echa de menos un poco los conciertos en grandes estadios "en los que estás arropado, vas con la banda..:", pero disfruta muchísimo de actuaciones como las que propone en la Sala Directo, en las que "susurras a la gente historias al oído" y puedes hablar con el público, mientras que en un sitio grande "es difícil tener esa intimidad con la gente".

Los conquenses y las canciones

El músico considera que es muy divertido saber de dónde vienen las canciones, cómo fueron hechas, en qué momento. "A mí me gustaría saber eso de la gente a la que yo admiro y doy la oportunidad al público de que se entere lo que me gustaría saber de otros; quiero que los conquenses salgan conociendo un poquito mejor las canciones y los motivos que hicieron que fueron creadas", explica el artista.

¿Se pueden contar todos los detalles o hay cosas que hay que callar?: "Se puede contar casi todo, lo que pasa es que algunas historias son tan largas que, si entrara en todos los detalles, sería una charla; tengo que resumir para no ponerme pasado".

Es un concierto que es también muy interesante porque muestra el proceso creativo que hay detrás de una canción, "nnas veces Joaquín me daba a mí la letra antes y yo le ponía música, o venía a mi casa y hacíamos una canción, o yo iba a la suya... Me gusta mucho recordar estos momentos y es una forma de que no se me olviden a mí".

Varona comenta que, en el caso de discrepancias con una canción, como compositor siempre ha defendido sus ideas, pero al final "Joaquín es el que la va a defender y va a figurar en un disco a su nombre, así que él tiene la última palabra siempre". Y de todas las canciones que han hecho, quizás 'Ruido' sea la que ue más le representa, aunque también destaca 'Peces de Ciudad', 'Si amanece por fin' o 'La del pirata cojo'.

Cambios respecto a 2020

El repertorio que presentará el 4 de febrero en Cuenca tendrá cambios respecto al que puso en escena en su concierto en 2020. Por ejemplo, rescata la canción que hicieron con Luis García Montero, 'Nube negra', dedicada ahora al poeta que hace unas semanas perdía al amor de su vida, la escritora Almudena Grandes.

"La vida, según va pasando, te va colocando canciones en su sitio". Junto a este tema irán algunos de los grandes clásicos del cancionero sabinístico, "porque si no, no sales vivo de la sala", bromea.

Durante la entrevista se percibe el entusiasmo casi juvenil que siente este artista. "Tengo un trabajo maravilloso, me apasiona hablar de lo mío y de la suerte que tengo por llevar 40 años haciendo lo que me gusta", admite.

Optimista

Por otro lado, se muestra optimista en que, incluso en estos tiempos que tanto han afectado a la vida nocturna, nunca se va perder esa música que se compone y se interpreta en la noche. "Los bares van a seguir existiendo y son muy importantes para los músicos, pero no porque se beba, sino porque allí se han compuesto canciones, se han hecho proyectos de bandas nuevas, se han pensado nombres de discos".

"Los bares son lugares de reunión para músicos y cuando vas más a ellos, más cosas salen de allí, mientras que en casa salen cosas más domésticas", subraya.

Varona es uno de los artistas consagrados que, en estos días complicados para las salas, ha bajado al barro y ha vuelto a sus inicios para echarles una mano. "Ahora más que nunca hay que apoyar las salas y los bares, porque los músicos venimos de ahí; están cerrando muchas y no hay quien aguante este nivel de crueldad que ha tenido la pandemia con la cultura; el rosario de perjudicados es muy grande y hay que estar a muerte con ellos".