El Ayuntamiento de Talavera de la Reina (Toledo) recupera este 2022 sus tradicionales fiestas de Mondas tras dos años sin poder celebrarse debido a la pandemia de la covid-19, cuyo momento más señalado es el cortejo que tendrá lugar el sábado 23 de abril.
El concejal de Festejos, Daniel Tito, ha presentado en rueda de prensa la programación de estas fiestas y ha hecho hincapié en la apuesta del equipo de gobierno por la promoción de "nuestras raíces", especialmente entre los más pequeños ya que "consideramos muy importante apostar por qué los niños y las niñas de Talavera vayan cogiendo poco a poco ese conocimiento y esa tradición", ha dicho.
Más de 3.000 participantes
El sábado 23 de abril tendrá lugar el tradicional cortejo de Mondas, que saldrá desde el Ayuntamiento de la ciudad y llegará hasta la Basílica de la Virgen del Prado, y contará con la participación de unos 75 grupos que reunirán en las calles a más de 3.000 personas participantes, entre autoridades, colectivos y grupos folclóricos de Talavera y su comarca.
En total, habrá ocho carrozas, cinco de ellas tradicionales y tres nuevas: una relacionada con la pesca en el río Tajo, otra de los regadíos en el río Alberche y una tercera sobre la Real Fábrica de Sedas.
Lux Mondas
El espectáculo de luz y sonido 'Lux Mondas' tendrá a Talavera, sus orígenes y su río como eje vertebrador y se proyectará el viernes 22 y el sábado 23 sobre la fachada de la Colegial.
El pregón de Mondas de este año lo dará María del Carmen Batres Martín como representante de la familia Batres, que son "mantenedores" de la tradición de estas fiestas, ha dicho.
El facsímil de Mondas está realizado este año por el profesor de la UCLM Ángel Monterrubio y se titula 'Animales y ritos festivos en las Mondas, La familia Batres, Pasión por la tradición'.
Daniel Tito ha invitado a todos los talaveranos y vecinos de la comarca y del resto del país a conocer esta fiesta de Mondas "con mayor intensidad que nunca".
Se trata de una de las celebraciones más antiguas en España, por su origen romano, de origen pagano en honor a la Diosa Ceres.
El rito fue cristianizado y en el año 602 el rey Visigodo Liuva II regaló a la ciudad la imagen de la Virgen del Prado, a la que desde ese momento se realizan las ofrendas.