Investigadores de la Universidad de Staffordshire (Reino Unido) ha evidenciado que los alumnos de secundaria suelen sobrestimar la cantidad de aperitivos poco saludables que consumen sus compañeros, y estas percepciones erróneas les hacen más propensos a comer ellos mismos aperitivos poco saludables.
En los grupos de discusión con jóvenes de 11 a 13 años realizados antes de la intervención, descubrieron que conocían los comportamientos dietéticos saludables y sus efectos a corto y largo plazo, pero no siempre los practicaban.
"Los alumnos comían regularmente bocadillos poco saludables, lo que parecía influir en su consumo habitual de comidas: se saltaban comidas por culpa de los bocadillos. Los debates de los grupos de discusión también indicaron que en este grupo de edad los compañeros eran una influencia importante en sus comportamientos alimentarios", comenta Sian Calvert, autor principal del trabajo, que se ha publicado en la revista científica 'British Journal of Health Psychology'.
El consumo habitual de tentempiés poco saludables está contribuyendo a que los adolescentes tengan sobrepeso u obesidad, lo que aumenta la probabilidad de padecer enfermedades a largo plazo.
Los datos también indican que la obesidad está fuertemente relacionada con la situación socioeconómica, ya que los niños que viven en las zonas más desfavorecidas tienen el doble de probabilidades de tener sobrepeso u obesidad en comparación con los que viven en las zonas menos desfavorecidas.
Técnica para solucionarlo
Para ayudar a solucionar este problema, Sian y sus colegas desarrollaron una intervención en la escuela utilizando el Enfoque de las Normas Sociales (SNA), una técnica que funciona corrigiendo las percepciones erróneas sobre el comportamiento de los demás.
"La adolescencia es una época importante de rápido crecimiento y desarrollo, pero también es cuando los niños adquieren más control sobre su propia dieta y a menudo establecen hábitos alimentarios poco saludables. En la escuela secundaria, los estudiantes pueden parar en una tienda de camino al colegio o comprar bocadillos de camino a casa, por lo que tienen acceso a una mayor variedad de alimentos", detalla otra de las responsables del trabajo, Rachel Povey.
En el estudio participaron más de 150 alumnos de 7º curso, de entre 11 y 12 años, de dos colegios situados en el Gran Manchester y Staffordshire.
Ambos colegios recibieron información sobre alimentación saludable, mientras que los alumnos de la intervención de SNA también recibieron comentarios que corregían sus percepciones erróneas sobre el comportamiento de sus compañeros a la hora de picar. Esto se presentó a través de una sesión interactiva de elaboración de carteles, tal y como sugirió un grupo asesor de estudiantes de 8º curso ligeramente mayores.
Tras la intervención, los participantes en la intervención SNA consumieron un número significativamente menor de tentempiés poco saludables, tuvieron percepciones más precisas sobre los comportamientos de otros estudiantes y tuvieron actitudes más negativas hacia los tentempiés poco saludables.
"Nuestros resultados son importantes, ya que se recomienda que los adolescentes lleven una dieta sana y equilibrada, y que sólo consuman aperitivos poco saludables de forma ocasional y en pequeñas cantidades, para favorecer el desarrollo normal y reducir la probabilidad de sufrir problemas de salud a largo plazo", remacha Sian.