La Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural (Afammer) ha pedido ante Naciones Unidas "un pacto entre lo rural y lo urbano" para acabar con las desigualdades. Lo ha hecho durante la celebración del evento "Mujeres y Niñas Rurales: el empoderamiento como garantía de futuro", que se ha celebrado en el marco de la 67 Comisión Social y Jurídica de la Mujer de Naciones Unidas en Nueva York, financiado por el Instituto de las Mujeres.
Durante las diferentes ponencias se ha abordado la situación y las diferentes vías de desarrollo para fomentar el liderazgo de las mujeres rurales y también del movimiento asociativo en un panel conformado, entre otras, por la presidenta nacional de Afammer, Carmen Quintanilla; la presidenta nacional de la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa (México), Sonia Garza; la presidenta de BPW-Spain, Silvia Vigatá, y la representante del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en Estados Unidos, Margaret Zeigler.
Quintanilla ha recordado que Afammer estuvo presente en la IV Conferencia Internacional de la Mujer de Pekín, donde se envió un mensaje claro de que había que contar con las mujeres rurales para seguir construyendo la vida de nuestros pueblos en toda la comunidad internacional.
Y en este contexto ha agregado que, "a pesar de que han transcurrido 28 años, todavía observamos cómo nuestros pueblos pierden habitantes y cómo las mujeres a nivel global tan solo son propietarias del 15 % de la propiedad de la tierra".
Quintanilla ha sostenido que las mujeres y niñas rurales son fundamentales para mantener vivas las zonas rurales, preservar los territorios y garantizar la seguridad alimentaria mundial, pero "están abandonando las zonas rurales en busca de más y mejores oportunidades y garantías de una vida digna".
Por este motivo, ha insistido en que "es fundamental establecer un pacto entre lo rural y lo urbano para romper con las desigualdades" puesto que la falta de oportunidades para las mujeres "es el principal motivo de que sean ellas las primeras en marcharse y un ejemplo de ello es España, donde dos de cada tres personas que se marchan a la ciudad son mujeres".