Este es el pueblo más bonito de Castilla-La Mancha, según National Geographic

La revista National Geographic ha hecho una nueva selección con veinte de las localidades más representativas de la belleza rural del país. Entre ellos está el municipio manchego de Campo de Criptana, en Ciudad Real.  

Esta nueva lista, que actualiza la selección que ya hizo la revista en enero de este año con los 100 pueblos más bonitos de España, en la que, por cierto, estaban incluidos esta y otras siete poblaciones castellanomanchegas, se ha realizado bajo los criterios editoriales de los diferentes miembros de la sección de Viajes de la revista internacional. 

"Algunos llevan años en el foco turístico, unos pocos siguen siendo secretos muy bien guardados, otros son algunos de los pueblos más curiosos de España; pero todos reivindican su interés más allá de sus pequeñas dimensiones", reza el texto que acompaña a la veintena de pueblos elegidos en esta ocasión. 

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"Su historia, su arquitectura o su comunión con la naturaleza, los convierte en maravillas en miniatura. Esta selección es un viaje por la España rural y por sus principales pueblos, donde encontrar lugares Patrimonio de la Humanidad y degustar algunos de los principales platos de nuestra gastronomía", continúa la publicación que ha destacado de Campo de Criptana "los gigantes a los que Don Quijote acometió lanza". 

Sobre el Cerro de la Paz, declarados Bien de Interés Cultural, se alzan los diez molinos que perviven, de los 34 que llegaron a existir, y son el principal atractivo de la localidad ciudadrealeña. Estos significaron un avance tecnológico en tiempos de Cervantes y han sido vitales para el desarrollo de la comarca al permitir la molienda del grano, recoge National Geographic. 

"Antes de que el municipio pasara a formar parte del Reino de Toledo, los musulmanes se asentaron en él cincelando un pasado que perdura radiografiado en las casitas de teja árabe pintadas de blanco y añil tan típicas del barrio con espíritu manchego del Albaicín. Sus calles pronunciadas, sinuosas y empedradas cobijan casas cueva excavadas en la roca. Antaño fueron viviendas y almacén para los vecinos; en la actualidad algunas operan como museos –es el caso de la Casa Cueva del Cerro de la Paz– y otras como establecimientos hoteleros. En su corazón se halla la plaza del Pósito y más de una decena de iglesias, conventos y ermitas", destacan del municipio.