La provincia de Guadalajara está plagada de pueblos con encanto. Localidades de corte medieval que dan idea al viajero de la importancia que tuvo este territorio en épocas pasadas en las que las luchas y las conquistas estaban a la orden del día.

Uno de esos pueblos es Atienza, localidad que la revista National Geographic ha incluido entre los cien pueblos más bonitos.

La publicación recuerda que más allá de su paisaje medieval, "Atienza fue una vez Troya", en alusión al rodaje de la película 'La Troyanas' que tuvo en 1970 bajo la dirección del cineasta griego Michael Cacoyannis. "Tres meses de rodaje fueron suficientes para que Katharine Hepburn se enamorara del pueblo. De aquella época, hay una foto de la estrella y del director frente al arco Arrebatacapas, que forma parte de la primera muralla", describen.

De su paisaje urbano, destacan las dos líneas de murallas que "se adaptaban como un guante" al cerro que corona la localidad: "De ahí que el Cid Campeador, que pasó por estas tierras de la Serranía de Guadalajara en su camino hacia el destierro, dijera de Atienza y su castillo que era 'peña muy fuerte'".

A la hora de repasar los principales monumentos de Atienza, la revista enumera la iglesia de Santa María del Rey, situada muy cerca del castillo y que "era una de las catorce que hubo durante la Edad Media". De ellas, hasta nuestros días también ha llegado la iglesia-museo de San Gil, garante de una colección de arte sacro de aquellos templos.

Atienza (Guadalajara). / Foto: Turismo Castilla-La Mancha.

Pero más allá de referirse a lugares concretos, National Geographic recomienda al viajero comprobar "ese esplendor que se siente aún paseando por las callejuelas del casco viejo" y que "gira en torno a la plaza de España y del Trigo, descubriendo antiguas casas señoriales blasonadas".

Caballada

Uno de los momentos más interesantes para visitar Atienza es el domingo de Pentecostés, cuando celebra su conocida 'Caballada', fiesta declarada de Interés Turístico Nacional.

Este día se conmemora el hecho histórico ocurrido en 1162 cuando Alfonso VIII, siendo todavía un niño, ostentaba la corona de Castilla y su tío Fernando II de León aprovechaba la juventud del monarca para intentar hacerse con el trono de Castilla. Entre las familias nobiliarias más importantes de la época, los Lara apoyaban a Alfonso, mientras que los Castro se decantaron por su tío Alfonso.

Caballada de Atienza (Guadalajara).

La tensión llevó a los Lara a conducir al joven rey hasta Atienza y aprovechar su emplazamiento defensivo para protegerlo. Esta situación provocó que las tropas que apoyaban a Fernando II de León comenzasen un asedio que se prolongó hasta la mañana de Pentecostés de 1162.

Aquel día, la cofradía de arrieros de Atienza ideó una estratagema para solucionar la situación: pidieron permiso para atravesar el asedio simulando realizar una romería a la cercana ermita de la Virgen de La Estrella, maniobra que sirvió de distracción a las tropas leonesas para que una unidad de caballería trasladara al rey niño hasta Ávila y así pudiese retener la corona.