Pocos platos son tan populares en España como las patatas bravas, una ración que gusta a casi todos y que es un acierto seguro en casi cualquier restaurante. Sin embargo, siempre está abierto el debate sobre cuáles son las mejores, un dilema que se ha resuelto esta semana en el concurso internacional "Una de Bravas", que ha otorgado el primer premio al Maison Melié de Madrid y el segundo, al Restaurante Martina de Albacete. Pero ¿cuál es el secreto de estas patatas con sabor manchego?
"Son laboriosas, pero los ingredientes son muy sencillos", cuenta a EL DIGITAL Javier García, cocinero de este establecimiento albaceteño. "Utilizamos una patata de tipo agrio y con ella hacemos un puré. La trituramos y le ponemos queso manchego, mantequilla, una salsa de chilli dulce, sal y pimienta. Después hacemos bolitas y las rebozamos con una mezcla de siete especias japonesas y, para terminar, las freímos". Así es la receta de las famosas 'Bravas Martina 2.0', tal y como las ha bautizado el chef.
"Por fuera quedan súper crujientes y en el interior, muy cremosas por la mantequilla y el queso", dice Javier, que además las combina con una salsa brava -mezcla de mayonesa y de sriracha- y con un alioli casero muy suave. Su precio, 8,90 euros el plato.
La clave del éxito
Respecto a la clave de su éxito, el cocinero cree que no se debe ni al tipo de patata, ni a las salsas, ni a las especias, sino a "todo el trabajo que llevan detrás". Según cuenta, en elaborarlas se puede tardar hasta dos días porque "llevan muchos procesos de enfriamiento, congelación, etc.". "Menos mal que tengo a un maravilloso equipo de cocina. A mí solo no me daría tiempo a hacer tantas. Me faltarían manos", bromea.
El Restaurante Martina ya se presentó el pasado año al l Certamen Internacional de Patatas Bravas, donde quedó finalista y recibió la Mención Especial de Alimentos de Palencia. Sin embargo, la receta era tan laboriosa que tuvo que modificarse. "La del año pasado fue una patata hecha a propósito para el concurso que llevaba muchísima más elaboración. Ahora, la base sigue siendo prácticamente la misma, pero hemos cambiado los quesos, el formato y las salsas", indica el chef.
Javier espera que con este nuevo reconocimiento la gente se anime a visitar su restaurante, aunque admite que desde que se hizo público el galardón "se han disparado las reservas". "Nos hacia falta esto, que la gente salga y que haya alegría, porque la hostelería lo ha pasado muy mal", sostiene el cocinero, que invita a que todo el mundo se acerque hasta la Avenida de España para probar las segundas mejores bravas del mundo.