Si hay algo que destaca en Castilla-La Mancha es su gastronomía, tradicional, auténtica y llena de sabor. Son muchas las recetas de la región que han transcendido a lo largo de los años y que se siguen creando con mimo y esmero en muchos rincones. Por eso no es de extrañar que todo el mundo que visita la comunidad autónoma se enamore de su comida.
Taste Atlas, la famosa guía de viajes especializada en gastronomía, ha seleccionado los platos castellano-manchegos mejor valorados por los extranjeros y en los primeros puestos del ranking aparecen los siguientes:
1. Queso manchego: está elaborado con leche cruda o pasteurizada de oveja de raza manchega que pasta en libertad en dehesas de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo. Su color va del amarillo pálido al negro verdoso y el sabor es ligeramente ácido, pero dependiendo del período de crianza también puede ser especiado y picante. Es rico en calcio, está repleto de vitaminas esenciales y se puede vender en diferentes grados de edad: fresco, semicurado, curado y añejo o viejo.
2. Pisto: es un plato tradicional de La Mancha que consiste en una variedad de vegetales cocidos y fritos como tomates, cebollas, pimientos y calabacines. Es muy similar al famoso ratatouille y se puede servir frío -como entrante- o caliente -como guarnición-. Hay numerosas variaciones, con ingredientes añadidos como patatas, calabaza o jamón.
3. Sopa de ajo: es una sopa tradicional española que se prepara salteando ajos en aceite de oliva y pimentón ahumado. Para darle el toque final, se agregan pan duro y huevos escalfados. En cuanto al caldo, se puede utilizar de pollo, de verduras e incluso agua. La sopa se sirve muy caliente y adornada con algunos picatostes o perejil fresco. Tradicionalmente, se consume en la mañana del Viernes Santo y se recomienda servirla con unas rebanadas de pan tostado al lado.
4. Mazapán de Toledo: es un tipo de mazapán producido en la provincia de Toledo que se elabora triturando almendras peladas con azúcar hasta formar una pasta. Estas deberán constituir al menos el 50 % del producto final para su comercialización como 'Mazapán de Toledo'. Hoy en día, se sigue elaborando de forma tradicional siguiendo las normas artesanales del siglo XVI.
5. Zarajos: los zarajos, originarios de Cuenca, se preparan con tripas de cordero lechal adobadas. Los intestinos se marinan con diferentes combinaciones de aceite de oliva, ajo, perejil y sal. Después se envuelven alrededor de sarmientos de vid, que actúan como brochetas y se pueden freír en aceite de oliva o asar a la parrilla. Los zarajos se suelen servir como aperitivo o tapa y suelen venir coronados con una pizca de sal y un chorrito de zumo de limón.