Guadalajara es conocida por sus espectaculares paisajes, sus bonitos pueblos medievales y su patrimonio cultural, pero si hay algo que destaca por encima de todo es su gastronomía, compuesta de exquisitos platos que combinan tradición y buen hacer

Desde asadores hasta estrellas Michelin, pasando por proyectos muy especiales, esta provincia muestra las delicias de la caza y el campo en los municipios más sabrosos, y uno de ellos es Jadraque, una villa medieval donde se come "francamente bien" según National Geographic.

Esta prestigiosa revista, que ha creado un ranking con las localidades de Guadalajara donde mejor se come, recomienda probar el cabrito asado de Jadraque, un pueblo que casi nadie conoce, pero que merece una visita. 

Foto: restaurante 'El Castillo'.

Tal y como cuenta el medio a sus lectores, "cabrito y cochinillo comparten mando en este municipio alcarreño", que conserva herencias de El Cid, y son "santo y seña gastronómica en restaurantes como El Castillo o Justi".

"La tradición aquí manda sazonar previamente las carnes con lo que los jadraqueños conocen como 'el breve', un aliño con hierbas aromáticas que llenan de esencias campestres cada bocado al compás del tomillo, el romero o el vino blanco y que, tras el mimo del horno, estallan en la boca. Un festival al más puro estilo castellano que bien merecería unas glosas medievales", relata.

Atractivos de Jadraque

Pero, además de su gastronomía, Jadraque tiene otros atractivos turísticos. En esta villa, situada junto al Henares, destaca el cerro coronado por el castillo del Cid, que se cose entre el paisaje, la historia y la literatura.

Respecto a su patrimonio, resultan de especial interés sus casonas hidalgas, que cuentan la historia de traseúntes y moradores. Entre ellas, merecen una visita la Casa de los Verdugo, donde el político residió durante meses y recibió a Goya, que ilustró una de sus salas con sus pinturas; la Casa de las Cadenas, palacete de estilo castellano y cuna de intrigas de Isabel de Farnesio; y la Casona de San Juan, que fue parada y fonda de Doña Juana la Loca en sus viajes entre Castilla y Aragón.

En la arquitectura religiosa, Jadraque obsequia con la Iglesia de San Juan Bautista, donde se superponen los siglos XVI, XVII y XVIII; la ermita del Santísimo Cristo, de estilo clasicista; el convento de los Capuchinos y las ermitas de San Isidro y la de Cáritas.