Aire puro, caminos sin coches, campo y juegos en las calles. El verano no es verano sin ese recuerdo que huele a infancia y que llena el alma de olores y sabores. Sin esas romerías, verbenas, bailes, orquestas y mesas abarrotadas de comida y bebida que no pueden faltar, sea por unos días o por todos. Hablamos de Castilla-La Mancha y sus costumbres. Moliendas nocturnas en los 'gigantes' de Don Quijote, conciertos en mitad de una cantera y viñedos iluminados por un cielo plagado de fuegos artificiales. Así es el verano en la Ruta del Vino de La Mancha y estos son los lugares con parada obligatoria.
La Reconquista alcazereña
La temporada estival arranca en la Ruta del Vino de la Mancha con la fiesta de Moros y Cristianos de Alcázar de San Juan, del 24 al 26 de junio. Acercarse a esta localidad manchega a inaugurar el verano es viajar al pasado. Aquí se rememora uno de los episodios más importantes de la historia de España: la Reconquista. La magia de la noche de San Juan da paso a la Edad Media. Declarada de Interés Turístico Regional, empieza el día 11 con el izado de banderas en la Torre del Gran Prior; ya el día 24, el desfile infantil y la batalla de flechas en la Plaza de Toros hace las delicias de los más pequeños. Y el día 25 llega el momento más esperado: la Entrada Mora y Cristiana, el desfile principal de este fin de semana de festejos.
Coches de época y Santiago el caballero
La Romería de San Cristóbal es atractiva en Villarrobledo y Pedro Muñoz en torno al 10 de julio. El santo va en procesión a su ermita al compás del claxon de camiones, que celebran la bendición de San Cristóbal. Una exposición de automóviles y motocicletas de época que recorre las calles de estas dos paradas de la Ruta del Vino de La Mancha para deleite de los amantes del moto. Por su parte, La Solana es la encargada de de cerrar el mes de julio con sus Fiestas de Santiago y Santa Ana, entre el día 22 y el 27, una de las ferias más destacadas de Ciudad Real. Conciertos, orquestas, grupos folclóricos y artesanías llenan las calles de la localidad de alegría y tradición. Una banda sonora especial para acompañar las veladas de buen comer y mejor vino que nunca faltan en la Ruta del Vino de La Mancha.
Agosto de música y romerías
El octavo mes del año rebosa vida y veraneo en la Ruta del Vino de La Mancha. El olor a pólvora invade la primera semana del mes en Pedro Muñoz. Su estallido es la señal de que empiezan las Fiestas en honor a la patrona, la Virgen de Nuestra Señora de los Ángeles. En El Toboso, Villarrobledo o Socuéllamos los planes se multiplican en estas fechas y el vino siempre es el hilo que todo lo hilvana. Al caer el sol, la llanura manchega despliega todos sus encantos. Al abrigo del calor, podrás disfrutar de un buen vino bajo las estrellas o de un paseo con aires de nobleza entre muros de caballeros y posadas de hidalgos. El entorno es perfecto para disfrutar del verano y descansar.
Vino bajo las estrellas en Socuélamos
No muy lejos celebra Socuéllamos su Feria de Agosto en honor al Santísimo Cristo de la Vega, su patrón. Entre el día 8 y el 14, el mayor viñedo en pie de Europa se ilumina en la noche con la explosión de los fuegos artificiales. ¡El paisaje es indescriptible! La música llena cada rincón de esta parada de la Ruta del Vino de La Mancha. Una cita llena de tradición y planes cargados de tranquilidad y aire puro. Bajo el sugerente título “Vino Bajo las Estrellas”, esta localidad celebra también conciertos en las noches de verano maridados con música en directo a los pies de la Torre del Museo Torre del Vino.
Los primeros mostos de Tomelloso
Tomelloso no se queda en silencio. La última semana del mes es la Feria, una de las más importantes de Castilla La Macha, con conciertos tan sonados como Viva Suecia (26 de agosto), India Martínez (27 de agosto), M-Clan (28 de agosto) y, para los más pequeños, Cantajuegos (29 de agosto). La Plaza de España y los Jardines del Parque son el centro neurálgico de donde surgen los mejores planes. El primero es la Fiesta de la Vendimia. La gente se afana en obtener los primeros mostos de la temporada, que serán además ofrenda para la Virgen de las Viñas, patrona de la ciudad, que concentra todas las miradas el día 24. El día 26 es La Fiesta del Vino, en la que se pueden degustar los vinos de siete bodegas de la ciudad por la noche en los Jardines del Parque. Es el día grande.
Molienda nocturna y teatro
El Cristo de Villajos llega desde su ermita a Campo de Criptana el primer jueves de agosto; el Jueves del Cristo. Es momento de prepararse porque la Feria y las fiestas en su honor empiezan el día 23. La Fiesta Ye-Yé en la Sierra de los Molinos da el pistoletazo de salida a una semana llena de planes irresistibles en los que la música será protagonista. El roquero Miguel Ríos será el encargado de la noche del 24 (el día grande) en el Auditorio Municipal. El Día de la Juventud y el Día de la Poesía darán paso a la Oreja de Van Gogh (el día27) y la Revista de Variedades, que cerrará el programa de fiestas. Y en la Ruta del Vino manchego no puede faltar el lugar de La Mancha de cuyo nombre no quería acordarse Miguel de Cervantes: Argamasilla de Alba. En su Cueva de Medrano dicen que nuestro autor más universal se inspiró para comenzar a escribir las primeras andanzas de Don Quijote.
Música entre molinos de viento
La última parada de la ruta te llevará hasta Alcázar de San Juan y su Ciclo Escenarios de Verano con cerca de 30 espectáculos musicales, circo y danza en diferentes plazas y lugares con encanto de la ciudad. Uso de los espacios de lujo (días 28, 29 y 30 de julio) es el auditorio natural de la cantera de los molinos en el Cerro de San Antón. Disfrutar de la música rodeado de molinos y viñedos es una experiencia para los sentidos que solo podrás experimentar en la Ruta del Vino de La Mancha. Pero agosto es mucho más que música y molinos en Alcázar de San Juan. Esta localidad manchega celebra desde hace años a principios de agosto su Noche del Patrimonio (6 de agosto), en la que abre las puertas de todos sus espacios turísticos y culturales de manera gratuita.