“Vaticano manchego”. Así es como se le conoce a la pequeña localidad de San Carlos del Valle, ubicada en la provincia de Ciudad Real, al noroeste del Campo de Montiel y a tan solo dos horas en coche de Madrid. El conjunto arquitectónico que forma la iglesia del Santísimo Cristo del Valle, una construcción del barroco tardío con ciertos influjos neoclásicos, y la espléndida Plaza Mayor que la enmarca, construida por el mismo arquitecto como atrio del templo, hacen recordar al visitante la “panorámica” vaticana. Conjunto, por cierto, que ostenta la categoría de Bien de Interés Turístico Cultural (BIC).

Sobre un valle entre las sierras del Cristo y Los Bailenes, este pueblo, de no muchos más de 1000 habitantes, se erige como uno de los destinos más atractivos desde el punto de vista histórico, cultural y natural de Ciudad Real y de Castilla-La Mancha.

La cúpula de su iglesia de planta centralizada (cruz griega), junto a las cuatro torres cuadradas cubiertas con chapiteles de pizarra sirven de guía hacia la Plaza Mayor, una de las más bellas y grandes de la región y de España. A un lado, se ubica el ayuntamiento, cuya fachada es de balcón corrido voladizo sobre ménsulas de madera. En el ángulo opuesto está la Casa Grande de la Hospedería, que data del siglo XVIII y fue usada como parada y fonda para viajeros y peregrinos.

Imagen de la Plaza Mayor de San Carlos del Valle. TURISMO CIUDAD REAL

Un poco de historia

Los primeros asentamientos humanos en San Carlos del Valle datan de la Edad del Cobre y la Edad del Bronce. Se hallaron poblados ya desaparecidos (que los arqueólogos llamaron la Allozosa, el Serijo o el Galvarín) y torres de vigilancia.

Hay yacimientos posteriores que se remontan al siglo II a. C., de la época ibérica tardía, y de la época romana (entre los siglos III y IV a. C.). El más importante de todos es Molino de los Moros, situado al noreste de municipio, junto al río Azuer. Entre los restos encontrados destacan pesas de telar, cerámica sigillata y abundante material de construcción.

La zona donde actualmente se encuentra asentada la localidad era una zona de paso (camino Real) entre el norte y el sur de la Península, conocida en su momneto como “El Valle del Puerto de Santa Elena” debido a la ermita de Santa Elena, que habría sido construida a finales del siglo XIII o a principios del XIV, cuando la aldea dependía de Membrilla. La ermita, ya desaparecida, se convirtió tras muchas fases de reconstrucción y repoblación en la Iglesia del Santo Cristo del Valle en el siglo XVIII.

Durante la Ilustración, Carlos III decidió segregar la Iglesia de Membrilla y fundar San Carlos del Valle, a raíz del crecimiento de la población y del aumento de construcciones alrededor del templo.

Patrimonio natural

San Carlos del Valle no solo es valioso por sus reclamos culturales e históricos; su ubicación privilegiada (entre la sierra de Alhambra y la sierra Cristo-Bailones) le permite ser un punto de partida para descubrir los bellos paisajes que se pueden contemplar desde estas montañas. Destacan las panorámicas que ofrecen la cimas del Cerro Gordo y el Cristo, con 1.010 metros de altitud, y que alcanzan hasta la Sierra de Cazorla y las localidades de la comarca. Además, estos montes atesoran una gran variedad de flora y fauna, y son idóneos para el avistamiento de aves rapaces.

Entre las mejores maneras de conocer sus paisajes se encuentran dos rutas comarcales: la Ruta San Carlos del Valle-Sendero de los contrabandistas y la Ruta Lagunas de Ruidera y su entorno.

Gastronomía

Junto a las migas y las gachas, el pisto, el asadillo y la caldereta son los platos más típicos de esta localidad ciudadrealeña, que sumado a las denominaciones de origen Queso manchego y Aceite Campo de Montiel con las que cuentan sus productos, conforman la gastronomía local.