Castilla-La Mancha se ha consolidado en los últimos años como uno de los referentes nacionales de turismo de interior. Cada vez son más las personas optan por este tipo de vacaciones en lugar de los tradicionales destinos de sol y playa o que eligen parajes naturales o patrimoniales para hacer un paréntesis veraniego.
Entre el amplio abanico de posibilidades a la hora de elegir, también hay lugares en los que combatir el calor del verano con un refrescante chapuzón. En total son 36 puntos de baño los autorizados por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha que incluyen auténticas playas fluviales como la del río Cabriel a los pies de Cuenca o la del embalse de Bolarque, situado en el límite de provincia entre Cuenca y Guadalajara.
Se trata de un espacio muy rico desde el punto de vista natural y paisajístico que además permite la práctica de deportes de agua como ski acuático, kayak o paddle surf.
Otro de sus atractivos es la llamada Cueva de las Tortugas, un curioso lugar donde viven estos animales.
La playa de Bolarque está abierta todos los días de 9 de la mañana a 8 de la noche y acceder a ella tiene un coste de 10 euros por persona.