España tiene cerca de 8.000 kilómetros de costa para disfrutar del buen tiempo y darse un chapuzón, aunque los habitantes del interior lo tienen más difícil para llegar hasta allí. Eso sí, existen otras alternativas iguales o mejores. En Castilla-La Mancha, por ejemplo, hay varias playas de interior que merecen una visita. Una de ellas, ubicada en la provincia de Guadalajara y a tan solo una hora y media de Madrid.
Hablamos de Bolarque, un embalse de aguas cristalinas situado entre las montañas de la sierra de Altomira, justo donde confluyen las desembocaduras de los ríos Tajo y Guadiela. A esta zona de baño, junto con los embalses de Buendía, Entrepeñas, Almoguera, Estremera y Zorita, se le conoce como el Mar de Castilla.
Esta playa de interior cuenta con todos los servicios necesarios para pasar una divertida jornada rodeados de naturaleza. Dispone de embarcadero, chiringuito, merendero, baños, duchas, socorristas, parking gratuito e incluso alquiler de hamacas.
Además, en ella se puden realizar numerosas actividades como kayak, snorkel o paseo en catamarán. Hay diferentes empresas de alquiler que proporcionan todo el material necesario si no se quiere ir cargado con él. Lo que sí se recomienda es llevar calzado adecuado para entrar en el agua.
Si se quiere aprovechar al máximo el día en el campo, se puede dar un pequeño paseo hasta un mirador próximo a la playa. Para llegar a él solo hay que coger el sendero que sale en la zona del parking. La subida es un poco cansada, pero las vistas desde allí arriba son espectaculares y ofrecen una preciosa panorámica.
Cómo llegar
Se puede llegar al embalse de dos formas: cruzando el pueblo de Almonacid de Zorita y cogiendo una carretera hasta llegar al puerto deportivo o por la carretera de Almonacid a Albalate de Zorita, desviándose por la entrada de la urbanización “Entre Mares”.
Si vas en fin de semana es recomendable llegar pronto, sobre las 10:30. De esta forma será más fácil coger un buen sitio y aparcar más cerca de la entrada. Y si puedes ir entre semana, mucho mejor. Apenas hay gente y varía mucho la sensación de paz y tranquilidad.