Molinos de viento, antiguos castillos, increíbles monumentos o calles repletas de historia para perderse sin pensar. Todo esto y mucho más se puede encontrar en Castilla-La Mancha, una de las regiones más amplias del país y con preciosos pueblos que hay que visitar sí o sí por su especial encanto.
Para comenzar el año, la Concejalía de Turismo ha lanzado un post en redes sociales con cinco destinos -uno por provincia- que hay que descubrir este 2024. Se trata de los más recomendados por los castellano-manchegos y son los siguientes:
[Los ocho municipios más bonitos y donde mejor se come de Castilla-La Mancha]
Bogarra (Albacete)
A orillas del río de su mismo nombre, y dominada por la imponente mole rocosa del Padrastro, la Villa de Bogarra se enclava en uno de los parajes de mayor belleza de la Sierra del Segura. Su vega, llena de frutales, y sus calles, antiguas y empinadas, conservan el carácter serrano de estas tierras e invitan a adentrarse por ellas en un sosegado paseo. La población se inicia con un asentamiento ébero ya en el siglo V antes de Cristo y como muestra de ello queda la enigmática Esfinge de Haches.
Moral de Calatrava (Ciudad Real)
Entre Almagro y Valdepeñas se encuentra la localidad manchega de Moral de Calatrava. Nos obsequia este pueblo con hermosos paisajes naturales y un trazado urbano que ha sido declarado Conjunto Histórico-Artístico por ser un claro ejemplo de la arquitectura popular. Sin olvidar la iglesia de San Andrés, construida entre los siglos XV y XVI, que se encuentra en un fabuloso estado de conservación. El paso para el visitante es obligado por las calles Santísimo, Oro, Tercia, Toledillo, Agustín Orduña, Pradillo y la Plaza de España.
Mota del Cuervo (Cuenca)
Mota del Cuervo, nombrada El balcón de La Mancha por su situación sobre una loma y sus molinos que se yerguen sobre el cerro, es cruce de caminos, lugar de artesanía, campos de agricultura, enclave histórico de señoríos… Señas que se extienden por sus calles y plazas a modo de edificios o conjuntos que le dan a la visita un sabor inigualable y definen su identidad manchega. En las construcciones civiles destacan el Hospital de los Pobres, la plaza del Mercado o la Tercia. En la arquitectura religiosa destaca el convento de los Trinitarios, la iglesia de San Miguel o las ermitas de Santa Ana, Nuestra Señora del Valle o de Manjavacas.
Sigüenza (Guadalajara)
El casco antiguo de Sigüenza es uno de los más hermosos de la provincia de Guadalajara por su envidiable conjunto monumental, que guarda elementos arquitectónicos desde el romántico hasta el neoclásico. Entre sus visitas obligatorias se encuentra la imponente catedral de Santa María, donde destaca la capilla del Doncel o la Sacristía de las Cabezas; el castillo, que hoy día funciona como parador nacional; la plaza Mayor; el barrio ilustrado de San Roque o el entramado medieval de sus Travesañas. Sin duda, visitar Sigüenza -ubicado a una hora y media de Madrid- es visitar la historia en cada uno de los pliegues del tiempo.
Tembleque (Toledo)
Tembleque (Toledo) es la estampa de villa manchega por antonomasia: el blanco de la cal reluce en sus fachadas y devuelve el sol en su reflejo más níveo. Destaca su plaza, una de las más pintorescas y representativas, emblema del barroco popular del siglo XVII que albergaba espectáculos mayoritariamente taurinos. Está porticada con columnas toscanas y pilares cuadrangulares en los accesos, tiene fachadas encaladas y los antepechos decorados con la cruz de San Juan. También merecen una parada la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, la ermita de la Vera de la Cruz, la Casa de las Torres o la Casa de Postas.