Hace mucho que practicar enoturismo dejó de ser una mera cata de vinos. Hoy existen multitud de opciones que buscan fomentar la cultura de este producto de manera diferente y atractiva, tanto si eres un apasionado como si no, y la primavera es una de las mejores épocas del año para disfrutar de este tipo de actividades.
El enoturismo es una alternativa rural al tradicional sol y playa que se desarrolla en entornos mucho menos masificados y que promueve una interacción social más intensa y personalizada, lo que se traduce en experiencias inolvidables. Y lo bueno de ser el país con más viñedos de mundo es que allá donde vayas habrá una bodega que visitar y buenos vinos que probar.
Cerca de Sigüenza y a tan solo una hora de Madrid se encuentra la Finca Río Negro, un lugar que ofrece increíbles planes de enoturismo en sus viñedos, situados a 1.000 metros de altura, en plena Sierra Norte de Guadalajara.
Los visitantes que acudan a esta finca podrán descubrir el proceso de elaboración del vino, desde la cepa hasta la copa. Comenzarán recorriendo sus viñedos -de los más altos de España-, rodeados de más de 600 hectáreas de bosques donde habitan animales como el corzo, el jabalí o el ciervo, y después visitarán la bodega, construida a modo tradicional e integrada en el paisaje de la arquitectura negra que predomina en la zona.
Por último, podrán degustar en la bodega subterránea familiar sus vinos y un aperitivo a base de quesos, embutidos de caza y cecina con pistachos.
La experiencia, ideal para fines de semana, festivos y puentes, tiene un precio de 25 euros y se puede reservar en la página web fincarionegro.com.