En Castilla-La Mancha hay numerosos municipios pintorescos y llenos de historia, pero solo unos pocos poseen un atractivo singular que los distingue. Es el caso de Sigüenza, en la provincia de Guadalajara, uno de los 100 pueblos más bonitos de España según el último ranking de National Geographic.
Tal y como cuenta la revista, este centenar de localidades rurales son "imprescindibles" en nuestra geografía. Muchas llevan años recibiendo a viajeros de todo el mundo, algunas siguen guardando maravillosos secretos y otras son realmente peculiares o muy curiosas.
Sea como fuere, todas están ligadas por dos características: su pequeño tamaño y su riqueza cultural y paisajística. "La España menos poblada tiene muchas maravillas en miniatura que conviene marcar en el plano de las escapadas por su patrimonio, urbanismo o por su relación con el entorno", señala.
Sobre Sigüenza
Lo primero que llama la atención de Sigüenza, cuenta la revista a sus lectores, es su castillo. Y es que, se llegue por de se llegue, se puden ver los muros "impertérritos" de esta enorme construcción hoy transformada en un Parador Nacional. "Aunque las empinadas cuestas que preceden a esta fortificación empujan a lo contrario, conviene ir zigzagueando por las travesañas que comunican la parte alta con la baja de la ciudad", señala.
National Geographic asegura que esta es la única manera de dar con "rinconcitos que son puro Medievo", como la Plazuela de la Cárcel, la Puerta de Hierro, el Arco del Portal Mayor o la Casa del Doncel. "Y la gravedad acaba guiando los pasos hasta la Plaza Mayor, notable por sus dimensiones, por sus soportales y por la sempiterna sombra que proyecta la catedral", explica.
El templo es "único" por su aspecto militar, que se explica por el uso de las torres como parte de la defensa del municipio. También por su piedra arenisca, que "se enrojece al caer el sol" y por guardar algunas "joyas" como un cuadro de El Greco y una escultura, la del Doncel, que es la máxima expresión del gótico castellano.