La red de Paradores Nacionales es una de las opciones más valoradas por los usuarios a la hora de elegir un lugar de descanso. Edificios que en unos casos se asientan en edificios históricos y que en otros se enclavan en lugares privilegiados ideales para desconectar y recargar pilas.
En Castilla-La Mancha, existen ocho Paradores Nacionales a lo que muy pronto se unirá un noveno, el de Molina de Aragón (Guadalajara), un edificio vanguardista que abrirá sus puertas después de una larga espera.
Del resto, quizá los más populares sean los de Toledo y Cuenca. Dos imponentes alojamientos que más allá de ofrecer todas las comodidades y servicios que la red pone al servicio de sus clientes, poseen unas vistas privilegiadas de las dos ciudades Patrimonio de la Humanidad que los acogen.
Sin salir de la provincia de Cuenca, también existe la posibilidad de alojarse en el Parador de Alarcón, uno de los más espectaculares de toda la región por su emplazamiento. No en vano, este alojamiento se encuentra en un castillo con más de 13 siglos de historia con pasado prerromano, árabe y cristiano.
La fortaleza, que se alza sobre el Pico de los Hidalgos, en una de las hoces que dibuja el río Júcar y está rodeado por tres líneas de murallas que lo unen al resto de fortificaciones de la villa de Alarcón, considerado uno de los pueblos más bonitos de España.
El viaje a la Edad Media continua en el interior con habitaciones decoradas con textiles inspirados en la época, techos de piedra y dependencias en las que parece que el tiempo no ha pasado de no ser porque gozan de todas las comodidades de nuestro tiempo como wifi o ascensor.
Uno de los secretos que encierra este lugar en un pasado literario que no todo el mundo conoce. Y es que uno de sus señores más célebres fue Don Juan Manuel, infante de Castilla autor del libro 'El conde Lucanor' en el siglo XIV.