Con el buen tiempo apetece un plan de relax para realizar el fin de semana y cada vez son más las personas que optan por acercarse a la naturaleza haciendo algo de ejercicio. Actividades de una exigencia física baja como el senderismo, apto para casi todos los públicos al no exigir una preparación específica previa, se han convertido en uno de los planes preferidos para disfrutar del tiempo libre.
Castilla-La Mancha está repleta de paisajes de gran belleza natural y senderos que permiten descubrir cada rincón. Uno de ellos, probablemente el más espectacular de la región, se encuentra en el Parque Natural Calares del Mundo y de la Sima, un lugar emblemático situado en la provincia de Albacete.
Esta zona sorprende por sus espectaculares formaciones hidrogeológicas, debidas a su elevado desarrollo kárstico, y por su enorme riqueza botánica en el marco de la bella comarca de montaña de la Sierra del Segura. Aquí se concentran como en un pequeño recipiente todos los valores naturales de los macizos calizos, con bosques, ríos, cuevas y espectaculares cascadas ideales para visitar durante el otoño.
Una cascada de 100 metros
El rincón más bello de este parque natural son los chorros del río Mundo, que suponen el nacimiento de un río a partir del agua que brota de una gruta y que se precipita por una pared caliza, con una cascada de unos 100 metros de caída.
A este reventón se llega desde el pueblo de Riópar, a través de un espectacular terreno de montaña lleno de pinares y paisajes que no dejan indiferente a nadie. Con una longitud de 4 kilómetros y un desnivel de 300 metros, se trata de un trayecto para el que tan solo hay que invertir una hora y media.
Asimismo, existe una ruta circular que es ideal para familias y personas que quieran disfrutar de una excursión más larga, ya que en este caso habrá que emplear unas cuatro horas de duración y afrontar un desnivel de 233 metros. Esta tiene su origen en el Valle de la Vega y, a mitad de camino, se desvía hacia el Aula de la Naturaleza.
Por último, merece la pena visitar también la impresionante cueva de los Chorros, una boca que destaca por sus grandes dimensiones, con 15 metros de ancho y 25 metros de alto, siendo la cavidad de mayor recorrido del sur de la Península Ibérica.