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A 30 kilómetros de la ciudad de Toledo se encuentra uno de los paisajes más deslumbrantes de Castilla-La Mancha e incluso de España: las Barrancas de Burujón. Un maravilloso rincón conocido por algunos como el Cañón del Colorado español

Parte de la belleza de este lugar radica en lo inesperado y sorprendente que es. Nada hace presagiar el espectáculo que se nos presenta ante los ojos: un paraje digno de película.

Las Barrancas de Burujón son espectaculares cortados arcillosos formados por la erosión del viento y las aguas del Tajo sobre sedimentos de hace 25 millones de años. La extensión de estas cárcavas es de aproximadamente un kilómetro y alcanzan más de un centenar de metros de altura en algunos puntos.

A pesar de ser a menor escala, las Barrancas de Burujón han sido bautizadas como el Cañón del Colorado español por su imponente belleza y sus tonos rojizos, que recuerdan al famoso cañón americano.

El punto más alto de las Barrancas es el Pico del Cambrón, que se alza a más de 100 metros de altura ofreciendo unas vistas panorámicas impresionantes del embalse de Castrejón y del cañón en su conjunto. 

Una ruta perfecta

Uno de los mayores atractivos de las Barrancas de Burujón es su senda ecológica, una ruta de senderismo de unos 4 kilómetros que permite explorar a fondo este espectacular paisaje.

Esta ruta es de dificultad baja, por lo que es apta para toda la familia, incluso para aquellas personas que viajen con niños. A lo largo del recorrido, encontrarán varios miradores desde los que poder contemplar este espectáculo visual.

La caminata tiene una duración de dos horas y es perfecta para hacer en cualquier época del año, aunque es cierto que durante la primavera y el otoño, los colores del paisaje se intensifican, ofreciendo una experiencia aún más impactante. Además, las Barrancas cuentan con zonas habilitadas para hacer pícnic.

Cómo llegar

Llegar a las Barrancas es sencillo. Desde Madrid solo hay que coger la A-42 en dirección a Toledo y luego seguir por la CM-4000 en dirección a Talavera de la Reina. En el kilómetro 26 de esta carretera hay una pista de tierra que lleva al aparcamiento principal, desde donde comenzar tu aventura.

Desde Toledo, el trayecto es aún más corto, de apenas 30 minutos en coche. El acceso al lugar es completamente libre, por lo que no hay que preocuparse de pagar entrada ni reservar con antelación.