Las encuestas adelantan un  desplome  del PP en favor de C's

Las encuestas adelantan un desplome del PP en favor de C's EFE

Elecciones Generales Tsunami naranja

El PP teme un 'sorpasso' de Ciudadanos el 20-D tras las encuestas en Valencia

  • Los populares intentan desacreditar la credibilidad de los sondeos y advierten de que “la verdadera encuesta será el 20 de diciembre”. Mientras, rehacen a contrarreloj la estrategia electoral para cortar el trasvase de votos hacia el partido que dirige Albert Rivera.
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10 octubre, 2015 02:23

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Las encuestas de intención de voto que este viernes se han hecho públicas simultáneamente en la Comunidad Valenciana han movido los cimientos de Génova, el cuartel general del PP, donde ya empiezan a temer un 'sorpasso' de Ciudadanos el 20-D. Si los sondeos se confirman y Albert Rivera arrebata la supremacía al PP, el gran fracaso que adelantó José María Aznar se consumaría. El expresidente del Gobierno pidió abrir un período de reflexión y cambiar de estrategia para enderezar el rumbo, pero volvieron a hacer oídos sordos a sus avisos. “El resultado de Ciudadanos, unido al del PP, consolida el fraccionamiento del espacio de centro derecha a nivel nacional”, citó textualmente el presidente de Honor del PP.

Si las elecciones generales se celebrasen hoy, una encuesta hecha por El País y otro sondeo publicado por Invest Group para Levante-EMV e Información coinciden en su resultado. Hay una fuga de votos del PP a Ciudadanos y de Podemos al bipartito. Con esta radiografía, se certifica que los casos de corrupción que durante años han asolado al PP pasan factura en las urnas.

La presidenta del PP en la región, Isabel Bonig, esquivó como pudo el mal dato que le da la encuesta el día grande de la región y se limitó a decir que “la verdadera encuesta será el 20 de diciembre”. Los dos documentos adelantan un nuevo desplome electoral del PP en favor de Ciudadanos, que sería la fuerza más votada. Una previsión con la que no cuentan en Génova, que pretenden convertir a la nueva lideresa valenciana en “la nueva Esperanza Aguirre” del PP.

Con las cámaras apagadas, los miembros del aparato nacional reconocen que estos datos les perjudica enormemente. “Votar a Ciudadanos está de moda. Si cuaja la teoría de que el voto útil es el PP, podremos frenar la bola de nieve de la marea naranja”, se resignaba un alto cargo de Génova con EL ESPAÑOL. No obstante, Bonig reconoció que las encuestas “están para tenerlas en cuenta y seguir trabajando” aunque considera que lo importante no es el número de votos posibles, sino mantener una estrategia correcta para lograr la victoria.

En Madrid trabajan a contrarreloj para redireccionar la estrategia electoral de cara a conseguir cortar la hemorragia de votos. La línea roja era, hasta ayer, no atacar a Ciudadanos y abrir fuego contra el PSOE de Pedro Sánchez. La obsesión de Mariano Rajoy es que el PP sea el partido más votado, aunque no obtenga la mayoría, y así poder formar gobierno con la muleta de Rivera. Conforme el 20-D se acerca, los populares empiezan a asumir que Ciudadanos podrían hacer historia. Salvo, claro está, que los fantasmas demoscópicos desaparezcan.

El ala dura del PP, los más cercanos a la teoría de Aznar, critican que ningún peso pesado del Ejecutivo actual del partido haya secundado la teoría del expresidente y haya pedido un cambio de timón en la estrategia para hacer frente al éxito de Ciudadanos. “Como si hay que cambiar a Rajoy. Hay que hacerlo ya, no esperar a perder. Vamos a jugar un partido sabiendo que perdemos en el minuto 1”, se lamentan.

Mientras, los marianistas convencidos de que la remontada es posible confían en el voto útil. “Cuando nuestros electores de toda la vida vean el riesgo real de que Rivera sea presidente, sin ninguna experiencia en gestión, les entrará el miedo y nos votarán”. Hasta que el 20 de diciembre se demuestre qué teoría fructifica, los populares más escépticos releen las advertencias de Aznar y cruzan los dedos para que no se cumpla la profecía. El expresidente insistía en que el electorado del PP ha dado ya cinco avisos y sus dirigentes siguen sin reaccionar. “Son cinco veces consecuencias en pocos meses en los que el electorado te está diciendo que no está contento con cómo están las coass. Ya va el quinto aviso y no se puede desoír. Hay que emprender un proceso muy profundo de reflexión, extraer todas las consecuencias y ponerse a ello”. El aviso está en todos los despachos de Génova.