Gran Canaria y Lanzarote quedaron incomunicadas durante la campaña electoral de las primeras elecciones democráticas en España, en 1977. Una avería en el cable submarino que conectaba las islas inhabilitó los teléfonos en un momento clave: la primera vez en casi 40 años que los españoles elegían a sus representantes políticos en las Cortes. Por aquel entonces, Lorenzo Olarte era el líder de UCD en Canarias y coordinaba los mítines y la pegada de carteles en el archipiélago. “Fue un problema mucho más grave de lo que parece. No sabíamos de las necesidades de nuestros compañeros en Lanzarote. No podían pedir banderines, camisetas, dinero ni carteles”, recuerda Olarte.
El que luego fuera consejero personal de Suárez encontró la solución en el jardín de su casa: las palomas mensajeras. “Siempre he tenido uno de los mejores criaderos de Canarias. Mis palomas estaban muy entrenadas y volvían en la mayoría de ocasiones. Até los mensajes en sus patitas y fueron a Lanzarote. Al cabo de tres o cuatro horas volvían con las respuestas”. La solución se tornó eficaz ya que el correo postal y los barcos tardaban varios días en llegar a su destino.
El éxito canario de la UCD en aquellas elecciones fue incuestionable: sacaron 10 de los 13 escaños en juego, lo que quizá no hubiera sido posible sin el palomar de Lorenzo Olarte, que destaca el valor de sus mascotas: “Se enfrentan a marejadas y a vientos muy fuertes. Además, en esta zona, los halcones las persiguen y, en ocasiones, se las llevan por delante”.
Las palomas tienen un sentido innato para llegar a su hogar
Pero, ¿cómo una paloma puede recorrer más de trescientos kilómetros sin perderse y con un papel atado a la pata? “Se trata de un animal con un sentido innato de regresar al hogar. Nunca se ha conseguido explicar, pero su cerebro tiene algo que les indica dónde se encuentra el palomar. Unas tienen esa habilidad más desarrollada que otras. Ésas son las mensajeras”. No obstante, Olarte explica que no se trata tan sólo de una facultad dada, sino que existe mucho entrenamiento detrás: “Primero hay que dejarlas volar libres durante tres cuartos de hora. Conviene ir aumentando el tiempo y la distancia poco a poco, hasta a hacer pruebas de más de doscientos kilómetros”.
El expresidente del Gobierno canario, ahora retirado de la política tras fundar el partido Ciudadanos de Centro Democrático, habla con nostalgia de su palomar que, más allá de protagonizar una anécdota electoral, le devuelve a su infancia y le inspira gratos recuerdos: “Mi abuelo escribió un libro sobre telegrafía alada. Fue uno de los grandes pioneros. Con sus palomas, mi padre mandaba mensajes de amor a mi madre, que vivía a treinta kilómetros. Por eso abracé con ternura la afición a la colombofilia”.
Han pasado casi 40 años desde que las palomas mensajeras de la UCD hicieran posible la campaña de Adolfo Suárez en las islas. Lorenzo Olarte, que sigue cuidando con mimo de su palomar, resume aquel episodio con un "cómo hemos cambiado": “Ahora parece inverosímil, pero no hubo otra manera de comunicarse. Con internet, esto que cuento es impensable. Fíjese si hemos cambiado. En aquella campaña, me escondí para pegar carteles porque tenía miedo, a pesar de que era legal. No sabíamos lo que eran unas elecciones, pero eso es otra historia”.