Un mitin dominical del PP en el pabellón multiusos o más conocida como plaza de toros de Las Rozas (Madrid) es como si llegaras a un concierto de Mick Jagger. La entrada está tomada por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Todo está organizado, incluido para la prensa. Para ello nos cuentan que hay un equipo especial de seguridad de Moncloa, que creó Miguel Ángel Rodríguez con agentes de la Guardia Civil. Ellos se encargan de que la prensa pueda hacer su trabajo sin entorpecer el acto. Este grupo empezó trabajando con Aznar pero continuaron con Zapatero y hoy con Rajoy. Mariano es el candidato popular pero también es el presidente de Gobierno y eso requiere unas medidas especiales que no tienen el resto de candidatos.
A diferencia de los mítines de otros partidos, en este te puedes mezclar con ellos, antes y después del acto. Hablar con Montoro, que asiste sonriente con su mujer, besar a Cifuentes, o hacerte un selfie con Esperanza Aguirre. Cercanía ante todo, pena que los que acuden a los mítines no sean los indecisos sino los militantes o simpatizantes. Este hecho deberían revisarlo los partidos de cara a las próximas campañas. Analizar cuántos votos nuevos se consiguen con estos actos tan costosos.
Los populares se han puesto sus mejores galas, hoy algunos conocerán a su líder por primera vez, otros podrán tocarle, o conseguir la tan deseada foto. Todo está medido al detalle, la colocación de las sillas dónde los altos cargos del partido y el candidato presiden el mitin, discursos, hilo musical...
Arranca el show con el himno del PP. Esta campaña han estrenado la versión rock de la pegadiza sintonía que compuso el músico Manuel Pacho por encargo de Génova. Llega Mariano Rajoy y cuando pisa el ruedo todo e mundo alza las banderas y el himno rockero suena… No es Satisfaction de los Rolling Stones pero tiene efecto. Además, Jagger tiene 72 y Mariano aún está en forma con sus 60. Su equipo de redes sociales está en todo. Aunque a veces se les vaya la mano como con el hipster malagueño. Hoy han retuiteado, a Ana I. Gracia, la compañera de EL ESPAÑOL que cubre la información del partido.
Unos cincuenta jóvenes han sido elegidos para rodear a los candidatos en el escenario central del mitin. Son simpatizantes o militantes de Nuevas Generaciones que hoy cumplen su sueño. No se puede repetir, pero que te toque es como una lotería y se nota en sus rostros de satisfacción. Algunos candidatos se quejan porque hoy ven el escenario muy bajito. “Si queremos creernos la victoria deberíamos poner un escenario más alto, que lance ese mensaje de poder y altura”, reclama un candidato al Senado.
Mariano habla bien y gana en las distancias cortas. ¿Por qué no convence? Los indecisos tienen dos opciones; o asistir a un mitin o completar un cuestionario en la web del PP y obtener una respuesta por mail en la que te ofrecen poderosos argumentos para reflexionar. Esta mañana, no sé si es casualidad o no, ha llegado a mi cuenta personal de correo: “Mariano es uno de los líderes políticos con mayor trayectoria y prestigio del mundo, y a la vez un español que pretende llevar una vida lo más normal posible, dentro de las obligaciones de su cargo. Disfruta de su familia y amigos, del deporte, de las pequeñas cosas, sin estridencias. Quizás no es tan mediático como algunos les gustaría pero en su concepción del servicio público se prioriza el trabajo discreto y eficaz a la vida social y la presencia en los medios de comunicación”.
Un look más sport
César Maícas, asesor externo del partido se ocupa con gran acierto y estética de los actos públicos del partido. La capacidad es para cuatro mil personas, pero no han conseguido llenar, hay calvas, aunque los planos para las cámaras no lo captarán porque son las localidades más altas. Han dejado en cada asiento una bufanda azul y una bandera para que en los momentos álgidos del mitin el show esté a la altura. Mariano ha dejado la corbata hoy, es domingo, y luce su look más sport. Le favorece la americana azul azafata y la camisa banca. Pena que se haya quitado la bufanda azul popular para subir al escenario. Hubiera sido un punto.
Las intervenciones están guionizadas. En Las Rozas, saluda el alcalde, José de la Uz, que hoy tiene su minuto de gloria. Él mismo lo ha dicho: “Cuando me afilié al PP tras el 11 M, nunca imaginé que hablaría delante de un presidente del Gobierno. Luego interviene Esperanza Aguirre, presidenta del PP en Madrid, que desea Feliz Navidad a todos los asistentes. Aparece Cristina Cifuentes, un valor en alza en el partido. Fiel a su estilazo, no defrauda, ha elegido un outfit negro que combina con un abrigo tres cuartos de lana, amarillo. Nadie como ella sabe sacarse partido en su propio beneficio y en el del partido. “Les dejo con Mariano Rajoy, el mejor y el que será el próximo presidente del Gobierno”, dice.
Mariano sube y sus primeras palabras son: “Descanse en paz”. Es el pésame institucional del Gobierno en funciones a las dos victimas españolas del atentado en Kabul. Y para postre, entre la multitud, se saca el as de este mitin. Ha traído al padre de Leopoldo López, el joven venezolano encarcelado por su oposición al dignatario Nicolás Maduro. Se lleva la gran ovación de la plaza. Acaba la intervención del candidato que ha durado unos quince minutos y la plaza en pie y al ritmo del rock popular despide al que espera según él “ser el próximo presidente”. Vamos, que Viri no ha empezado a hacer las maletas sino que está colocando el Belén.
El PP gobierna y las encuestas le favorecen y eso se nota, se palpa. Una señora se nos acerca convencida de que van a sacar 200 diputados. Es de las que no se pierde un programa de ¡Qué tiempo tan feliz! (Telecinco), donde ayer Rajoy hizo campaña. Hay ilusión, pero contenida. Es la misma sensación que tienes cuando sales de un exámen y sabes que has aprobado seguro, pero te queda la incertidumbre de la nota final. Esa ya se sabe que hasta medianoche del próximo domingo, no la van a poder saber.